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Columna de opinión publicada en Cooperativa aquí

Las universidades estatales han sido pilares fundamentales en la construcción del Chile moderno. Desde sus aulas y laboratorios han surgido avances científicos, movimientos sociales, líderes políticos y soluciones concretas a los grandes desafíos del país. A lo largo de la historia, estas instituciones no solo han formado profesionales desde Arica a Punta Arenas: han ampliado horizontes, democratizado el conocimiento y permitido que generaciones de familias chilenas -muchas de ellas primeras generaciones universitarias- den un salto decisivo en sus proyectos de vida. Ingresar a una universidad estatal no fue solo acceder a la educación superior, fue abrir una puerta de esperanza y transformación que antes parecía lejana.

Hoy, recogiendo esa herencia de transformación y compromiso, las universidades estatales enfrentan nuevos desafíos en un país que cambia a una velocidad inédita. El histórico descenso en la natalidad -documentado recientemente por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y analizado por diversos centros de estudios- plantea un futuro donde habrá menos estudiantes jóvenes ingresando a la educación superior. Este escenario nos desafía a reimaginar el rol de las universidades estatales: no solo como instituciones dedicadas a la formación de pregrado, sino también como centros dinámicos de educación continua y de formación de postgrado, capaces de acompañar a su ciudadanía en todas las etapas de su desarrollo.

Conscientes de que este nuevo Chile también exige instituciones más abiertas, inclusivas y representativas, las universidades estatales han fortalecido su compromiso democrático. Gracias a la Ley N° 21.094 sobre Universidades Estatales, promulgada en 2018, y al proceso de adecuación que culminó en 2024, se aprobaron nuevos estatutos que consagran una gobernanza más inclusiva y participativa.

En la Universidad de Santiago de Chile, mediante el Decreto con Fuerza de Ley N° 29 publicado el 30 de septiembre de 2024, se oficializó que académicas/os, estudiantes y funcionarias/os podían elegir a sus autoridades colegiadas. Este proceso, que se realizó la semana pasada, marcó un hito: fue la primera universidad estatal de gran tamaño en restituir plenamente el voto triestamental en órganos colegiados tras la dictadura. Esta recuperación no es solo un acto simbólico: es un reconocimiento profundo de que las buenas ideas, los liderazgos y los sueños para una mejor universidad pueden surgir desde cualquiera de los estamentos que componen nuestra comunidad. Aunque aún persisten desafíos, como avanzar en la plena incorporación de las/os profesoras/es por horas de clases en la participación institucional, este avance representa una renovación del espíritu democrático, inclusivo y de responsabilidad social que caracteriza a nuestras universidades públicas.

No obstante, es necesario reconocer que aún subsisten inconsistencias que deben ser resueltas para fortalecer de manera definitiva la democracia y la excelencia universitaria. La elección de rector o rectora, que sigue realizándose exclusivamente entre académicos/as -a diferencia de la elección de Enrique Kirberg en 1969, donde la participación triestamental era una realidad-, mantiene requisitos de elegibilidad que no exigen poseer grado de doctorado, a pesar de que este es el estándar requerido hoy para ingresar como académico/a a las universidades estatales. Esta incongruencia normativa resulta particularmente llamativa: mientras que a un nuevo académico o una nueva académica se le exige acreditar estudios de postgrado, para liderar toda la institución basta con contar con un título profesional de cinco años de duración. Esta brecha no solo es anacrónica, sino que también atenta contra el objetivo de alinear la excelencia académica con el liderazgo institucional.

Estas brechas, si bien aún persisten, no deben hacernos perder de vista el horizonte mayor: este avance debe ir inseparablemente unido al compromiso con la excelencia académica. Chile necesita universidades estatales de alto prestigio y calidad, que sigan siendo motores de movilidad social y de desarrollo nacional. Asegurar la acreditación institucional y de todas las carreras de pregrado y programas de postgrado ante la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), mejorar continuamente los indicadores de desempeño en estándares internacionales reconocidos por la comunidad académica global -y no mediante redefiniciones locales alejadas de la realidad competitiva mundial-, y trabajar de manera sostenida para posicionar a nuestras universidades estatales entre las 10 mejores de América Latina, son metas ineludibles para honrar la confianza que el país deposita en su sistema público de educación superior.

Asegurar calidad y prestigio también implica comprender que la esencia de las universidades estatales no radica únicamente en transmitir conocimiento existente, sino en crearlo, cuestionarlo y expandirlo. En este sentido, la Ley N° 21.094 reafirma una verdad que ha estado presente desde el origen de nuestras universidades públicas: que la ciencia, la creación artística y la innovación son funciones esenciales de su misión. Desde sus inicios, las universidades estatales chilenas han sido centros de pensamiento crítico, de avances científicos y de exploraciones creativas que no solo impactan al país, sino que transforman la experiencia educativa del estudiantado.

Formarse en una universidad que investiga, que innova, que genera conocimiento nuevo, es profundamente distinto a estudiar en una universidad que se limita a la docencia. En una universidad científica, los y las estudiantes no solo aprenden respuestas: aprenden a formular preguntas, a pensar con rigor, a buscar soluciones en campos donde todavía no existen manuales. Ese es el verdadero sentido de la educación superior pública: formar personas capaces de pensar con rigor, de crear soluciones nuevas y de liderar los cambios que Chile necesita. No es construir castillos en el aire: es cimentar los pilares de una sociedad libre, justa y resiliente. Generar conocimiento libre y socialmente pertinente es, hoy más que nunca, la mejor herramienta para fortalecer la democracia y construir un país más sostenible y más humano.

Para impulsar esta misión, no basta la voluntad institucional. Se requieren también instrumentos de apoyo estratégico. En esta línea, el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación ha implementado el Programa de Financiamiento Estructural para Universidades (FIU), que entrega recursos para fortalecer la investigación científica, modernizar la infraestructura y consolidar redes de innovación y transferencia tecnológica en nuestras instituciones estatales. Pero el FIU no está solo: iniciativas como los programas de Innovación en Educación Superior (InES) -en sus componentes de I+D, Género y Ciencia Abierta- promueven el fortalecimiento de capacidades científicas, la equidad de género en investigación y la democratización del conocimiento. Asimismo, proyectos de transformación como Ingeniería 2030 -en el ámbito de las ingenierías-, Ciencia 2030 -focalizado en fortalecer las ciencias naturales y exactas- y Conocimientos 2030 -que impulsa la modernización de las humanidades, las artes y las ciencias sociales- están promoviendo una profunda renovación de la formación, la investigación y la vinculación con la sociedad en las universidades chilenas.

Hoy, Chile necesita universidades estatales fuertes: instituciones democráticas, de excelencia y profundamente comprometidas con el desarrollo de su ciudadanía. La ciencia pública, cultivada en sus aulas y laboratorios, no es solo un patrimonio que debemos preservar: es la energía vital que permite imaginar, construir y habitar el país que soñamos. Una universidad que investiga, que crea y que innova no solo forma profesionales: forma ciudadanas y ciudadanos críticos, creativos y capaces de liderar los cambios que la sociedad exige.

Fortalecer la ciencia en nuestras universidades estatales es fortalecer la democracia, la equidad y el futuro de Chile. Este año, en que nuevamente como ciudadanía elegiremos a quienes liderarán los destinos del país, sería fundamental que las y los candidatos presidenciales reconozcan el aporte histórico de las universidades estatales y se comprometan a fortalecerlas, entregándoles las herramientas necesarias para que, desde la ciencia y el conocimiento, puedan contribuir a resolver los grandes desafíos que enfrentamos como sociedad. Hoy más que nunca, las universidades del Estado están llamadas a ser el corazón vivo del conocimiento, la conciencia crítica y la esperanza de un país que está en transformación.

Dr. Juan Escrig Murúa

Decano de la Facultad de Ciencia Usach

En un contexto donde el uso intensivo de la Inteligencia Artificial ha llevado a algunos a cuestionar públicamente la enseñanza de la matemática, la Usach abrió un espacio de reflexión para abordar este y otros desafíos que enfrenta la disciplina en este tiempo. 

Con la participación de la comunidad estudiantil y docente, se llevó a cabo en la Universidad de Santiago de Chile el Seminario “Reflexiones sobre la Matemática del siglo XXI”. El evento, realizado el 23 de abril en la Sala Armando Quezada de la VIME-USACH, fue impulsado por la carrera de Pedagogía en Matemática y Computación en colaboración con el Eje de Liderazgo y Participación Femenina (LPF) del Consorcio Science Up.

“Esta mesa temática buscó relevar el trabajo profundo de la disciplina y cómo se puede llevar al aula para formar a la ciudadanía del siglo XXI”, destacó la Dra. Daniela Soto Soto, jefa de carrera y coordinadora de LPF en la Facultad de Ciencia Usach, quien fue la moderadora de esta mesa temática.

La actividad se realizó en el marco de la Semana Nacional de la Matemática, que conmemora el nacimiento de Guacolda Antoine Lazzerini, académica quien fue la primera presidenta del Consejo Docente de Matemáticas, Física y Química de la Universidad Técnica del Estado (UTE) en 1954, cargo equivalente al de decana.

“Estos espacios reflexivos que se dan lugar en fechas como estas comparten nuestros objetivos como Eje, dando visibilidad al aporte de las mujeres en el desarrollo científico, por lo que es un placer participar en ellos”, resaltó la Dra. Claudia Ortiz Calderón, coordinadora de LPF de la Facultad de Química y Biología Usach.

El seminario contó con la participación de tres destacadas especialistas en geometría y modelación matemática: la Dra. Mariela Carvacho Bustamante, académica de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE); la Dra. Karina Vilches Ponce, académica de la Universidad Católica del Maule (UCM); y la Dra. María José Moreno Silva, académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).

La Dra. Moreno destacó la importancia de estos espacios para reflexionar sobre las propias prácticas docentes, además de plantear cuáles son las necesidades y cualidades actuales que se deben fortalecer en las aulas.

Por su parte, la Dra. Carvacho subrayó la importancia de la vinculación de las universidades para difundir la disciplina a través de medios más cercanos a la población, como las redes sociales digitales. “La matemática está presente en la sociedad y la divulgación de las matemáticas es una de las formas de acercarla”, señaló.

“Fue muy interesante la charla porque tocaron varios temas. Cada exposición complementaba a las otras. Fue bastante provechosa para mí como estudiante y tesista, me quedé con muchas ideas”, comentó Camila Muñoz, estudiante de quinto año de Pedagogía en Matemática y Computación de la Usach.


También fue parte de la conversación el debate público sobre la utilidad de la enseñanza de la matemática en un entorno con un uso extensivo de la Inteligencia Artificial, tema abordado por la profesora Vilches.

“Necesitamos y necesitaremos enseñar matemática, ya sea por su constructo abstracto, aplicaciones o por la modelación matemática. Finalmente, la Inteligencia Artificial es más matemática y no va a reemplazar nunca a los profesores. La matemática es un conocimiento muy importante, que ha permitido el desarrollo tecnológico de la humanidad y la resolución de grandes problemas, por lo tanto, en el futuro, como los problemas son complejos, la matemática seguirá estando y quienes la desarrollen también. Va a ser siempre útil”, concluyó la Dra. Vilches.

 

Tres asignaturas serán impartidas durante el primer semestre del 2025 en el marco de esta certificación intermedia, cuyo fin es fortalecer el desarrollo de los y las estudiantes de ciencias potenciando su formación en innovación.

El Minor en Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Santiago de Chile, diseñado por el Consorcio Science Up para la comunidad de pregrado de la Facultad de Ciencia y de la Facultad de Química y Biología, cuenta ya con su tercera generación de estudiantes, quienes se incorporaron en el primer semestre de 2025. 

“Este año se sumaron cinco integrantes a nuestro Minor y eso nos tiene muy contentos. Actualmente, son 13 estudiantes de cinco carreras de ambas facultades, de los cuales dos completarán todas las asignaturas propuestas finalizando este período, por lo que este semestre significa una de las grandes metas que el Eje de Armonización Curricular debe cumplir para formar profesionales altamente competentes en el desarrollo de iniciativas innovadoras que impacten en la industria y la sociedad positivamente”, destacó la profesional a cargo del Eje, Mg. Mónica Páez Iglesias.

Las motivaciones de los nuevos integrantes están marcadas por los programas desarrollados por el Consorcio Science Up en los últimos años. Uno de ellos es Innova en el Aula, que financia la implementación de innovaciones educativas en asignaturas ya presentes en las mallas curriculares, el cual busca fomentar el desarrollo del espíritu innovador y emprendedor en estudiantes, apoyando las iniciativas de docentes.

“Postulé porque tomé un curso que se llama Técnicas Experimentales 2 y nos hicieron hacer un proyecto que fuese una solución a un problema en la industria. Diseñé un robot y fue súper entretenido. Después surgió la oportunidad de este Minor, que era de innovación, y pensé: me gusta esto de la innovación, ¿por qué no intentarlo?”, expresó la estudiante de Ingeniería Física, Camila Urtubia Miqueles.

Esta certificación está compuesta por cinco asignaturas, de las cuales se dictan cuatro este semestre: Ciencia, Innovación y Emprendimiento, Prototipos Científicos-Tecnológicos, Creatividad e Innovación y Desarrollo de Oportunidades de Negocios Tecnológicos, esta última a cargo del profesor Paolo Saxton González.

“Los procesos de investigación científica son largos y, en las oportunidades, existe un concepto llamado Time to Market, que es el tiempo para aprovechar una oportunidad. Por lo tanto, ahí está el desafío de esta asignatura: cómo hacer converger la investigación científica con ese punto”, señaló el profesor Saxton.

En el taller se abordarán los beneficios de este enfoque de enseñanza y se explorarán las oportunidades de implementación en la PUCV. 

El Consorcio Science Up extiende la invitación al cuerpo docente de la Facultad de Ciencias PUCV a participar del taller virtual sobre la metodología COIL. Esta capacitación, impartida por Pablo Zamora, Coordinador de Innovación y Emprendimiento de la PUCV, se llevará a cabo el viernes 16 de mayo a las 14 horas, mediante la plataforma Zoom. 

Inscríbete al taller online aquí

El taller abordará distintas temáticas, entre ellas, se explicará por qué es importante implementar un curso COIL en carreras del área STEM y cuáles son los beneficios de esta metodología. Asimismo, se entregará ejemplos de sus aplicaciones en diversas áreas académicas, con el objetivo de incentivar a las y los participantes a incorporar este enfoque en sus asignaturas. 

Por otro lado, el taller profundizará en las oportunidades de apoyo que entrega la Universidad para quienes quieren llevar adelante iniciativas COIL, como por ejemplo; espacios disponibles para facilitar las actividades sincrónicas, apoyo del equipo Science Up en la preparación de actividades complementarias; así como también, aquellas iniciativas que entregan financiamiento para proyectos COIL, recursos que pueden ser utilizados para la contratación de ayudantes, entre otros.

Para asistir al taller, las y los interesados/as deben inscribirse en el siguiente formulario aquí.

Con un financiamiento de más de 130 millones de pesos, el equipo de trabajo podrá alcanzar un nivel superior de madurez tecnológica, generar una versión beta, comenzar testeos y tomar acciones para la protección de la tecnología. 

Un gran hito logró el emprendimiento de base científica-tecnológica “MagVISC”, desarrollado por Pablo Silva, Elías Santacruz, estudiantes del Doctorado en Ciencias Físicas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), junto a Francisca Rojas, Doctora en Ciencias mención Química de la misma Casa de Estudios, quienes recientemente se adjudicaron el fondo Start Up Ciencia 2025 de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), a través de su empresa Phynovo SpA, de la cual son co-fundadores.

Este fondo entrega un financiamiento de $131.171.000, el cual, según Pablo Silva, director del proyecto, les permitirá avanzar en el nivel de madurez tecnológica del viscosímetro portátil, y lograr hitos clave para acercar la tecnología al mercado, tomar acciones para la protección de la tecnología, realizar la validación del dispositivo en entornos relevantes y conseguir la aprobación de las regulaciones y certificaciones necesarias.

MagVISC fue desarrollado con el apoyo de la académica del Instituto de Física, la Dra. Claudia Trejo, y el docente de la Facultad de Ingeniería, Francisco Martínez, así como de estudiantes, quienes estuvieron a cargo de realizar las validaciones iniciales del dispositivo en el laboratorio.

Pablo Silva señaló que “Estamos super contentos con esta adjudicación, esto lo logramos gracias al apoyo de Science Up y de los distintos profesores que participaron y distintas empresas que nos han apoyado para desarrollar este proyecto. Nos complementamos bien con Elías y las distintas disciplinas que nos ayudan para poder lograr este objetivo. Con la adjudicación, el proyecto va a continuar otra aventura para desarrollar la versión beta”.

“Destacamos el apoyo de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) de la PUCV, porque ellos nos hicieron el scouting de Propiedad Intelectual que añadimos a la postulación y que fue muy útil para nosotros, porque nos percatamos del potencial de patentamiento que tenía nuestra tecnología”, agregó.

Asimismo, el equipo destacó la importancia de que la universidad promueva la formación de Empresas de Base Científico-Tecnológica (EBCT), ya que es una forma directa de impactar positivamente a la sociedad —personas, industrias, organizaciones sociales, entre otros—. A pesar del riesgo asociado al desarrollo tecnológico, creen que esto permitirá en el futuro posicionar a Chile como un exportador de tecnologías, y no solo de materias primas.

Por su parte, Elías Santacruz, co-fundador de Phynovo Spa y gerente del proyecto MagVISC, señaló que esta adjudicación consolida los esfuerzos de varios años: “Este proyecto fue particularmente desafiante, pero lleno de aprendizajes, dado que personalmente no tenía experiencia en este tipo de convocatorias. Pero junto con el equipo que se formó, además del arduo trabajo, pudimos sacarlo adelante. La adjudicación fue gratificante ya que significó que todo el trabajo de todos estos años, al fin dio frutos”. 

El vicerrector de Investigación, Creación e Innovación de la PUCV, Luis Mercado, destacó el compromiso institucional con la promoción del emprendimiento científico “en la PUCV apoyamos los emprendimientos de base científico tecnológica en sus diversas instancias, desde la investigación, la innovación, la protección y la incubación de negocios. El Ministerio de Ciencias de Chile, está impulsando a través de diversos proyectos la creación de emprendimientos aprovechando todo el potencial innovador de los investigadores en las universidades. En este caso en particular se trata del apoyo a una startup, la que deriva del trabajo de estudiantes de postgrado de la Facultad de Ciencias de nuestra universidad”.

María José Henríquez, directora ejecutiva de Science Up, valoró la adjudicación de este fondo, indicando que “Este logro refleja el potencial de los talentos científicos de la Facultad de Ciencias de la PUCV al conectarse con las herramientas de apoyo adecuadas. Desde Science Up hemos acompañado a MagVISC desde sus primeras etapas, y verlos avanzar por un camino de consolidación de su tecnología, es una enorme satisfacción. Nos motiva a seguir fortaleciendo un ecosistema que impulse la innovación desde la Universidad hacia la sociedad”.

Vania Badilla, coordinadora de la OTL, valoró el trabajo desarrollado “Con el equipo de investigadores venimos trabajando desde una tecnología anterior, Hemovisc, donde pudimos proteger y avanzar en la hoja de ruta, validando la tecnología, trabajando el modelo de negocio y las formas de licenciamiento. Los pasos previos fueron sin duda una “escuela” para continuar desarrollando otras tecnologías como MagVISC y avanzar más rápidamente con los conocimientos ya adquiridos. Es por esto, que desde la OTL, apoyamos la formalización del emprendimiento PHYNOVO, con lo cual pudieron postular al fondo Start Up Ciencia que hoy se han adjudicado”.

Este proyecto nació el año 2023, el cual se adjudicó el Programa “Growing Up: Ejecuta tu Idea 2023” de Science Up, y posteriormente fue parte del Programa de Valorización de Tecnologías, organizado por Science Up y la OTL. Esta iniciativa, desarrollada durante el año pasado, estaba enfocada en fortalecer proyectos científicos con alto potencial de desarrollo y madurez tecnológica. Asimismo, durante marzo del 2025, MagVISC recibió una serie de mentorías de la Incubadora de Negocios de la PUCV, Chrysalis.

¿Qué es MagVISC?

MagVISC es un viscosímetro portátil, de bajo costo, rápido análisis y alta precisión, diseñado para analizar muestras de 200 microlitros, sin requerir limpieza posterior. Este dispositivo cuenta con un tiempo de medición de dos minutos, lo que permite resultados en tiempo real y ayudaría a la optimización a cadenas de valor en industrias, así como para investigadores y centros de investigación.

Según Pablo, su uso podría reducir significativamente los costos de análisis en diversas industrias, al tiempo que ofrece una alternativa más accesible en comparación con los equipos convencionales, los que requieren largos tiempos de análisis y limpieza posterior.

El programa otorgará un presupuesto de un millón de pesos para que docentes de la PUCV, UCN y Usach puedan implementar innovaciones en asignaturas del segundo semestre de 2025.

Por segundo año consecutivo, Science Up invita al cuerpo docente de las Facultades de Ciencias adscritas a Science Up (PUCV, UCN y Usach) a participar del programa “Innova en el Aula”, iniciativa que entrega el financiamiento de 1.000.000 de pesos para la implementación de innovaciones en las salas de clases. 

Este programa, abierto desde el 5 de mayo hasta el 20 de junio, busca fomentar el espíritu de innovación y emprendimiento en estudiantes de las Facultades de Ciencias. 

Para lograr este objetivo, los/las docentes incorporarán en sus asignaturas nuevas metodologías de enseñanza de los contenidos científico-tecnológicos, algunas son: aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje basado en problemas, aula invertida, aprendizaje por descubrimiento, gamificación, entre otras.

Cabe mencionar que estas propuestas deberán ser ejecutadas durante el segundo semestre de 2025. Para postular, las/los interesados/as deberán cumplir una serie de requisitos, descritos a continuación: 

¿Cómo postular al programa?

Para postular, las y los interesados/as deben completar el formulario de inscripción, disponible aquí, y enviarlo al correo electrónico postulaciones@scienceup.cl con el asunto: Postulación INNOVA EN EL AULA / Nombre de la directora o director del proyecto. 

El plazo de entrega se extendió hasta el viernes 20 de junio a las 23:59 horas. En el formulario, los/las postulantes deberán detallar los siguientes aspectos: 

El proceso de adjudicación se llevará a cabo entre el 16 junio y 31 de junio de 2025, mientras que la ejecución del mismo comenzará el segundo semestre académico del 2025.

Talleres de postulación

Con el propósito de resolver dudas, profundizar en los contenidos del programa y ejemplificar la aplicación de metodologías activas en el aula, revisa los talleres grabados de postulación en Youtube, podrás encontrar la tercera sesión a continuación: 

Bases Innova en el Aula 2025_final (1)Descargar

Los recientes resultados del SIMCE 2024 vuelven a encender las alertas sobre una brecha de género que se amplía en matemática. Las estudiantes de 4° básico alcanzaron un puntaje promedio de 258 puntos, mientras que sus pares masculinos llegaron a 271. Una diferencia de 13 puntos, la mayor de la última década. 

Entre las múltiples causas, una de las más invisibilizadas en la infancia es la distribución de responsabilidades domésticas. ¿Nos hemos preguntado cuánto tiempo dedican nuestras hijas, sobrinas o estudiantes a estas tareas en comparación con sus pares masculinos? 

Una investigación realizada por Unicef en 2016 reveló que las niñas entre 5 y 14 años dedican un 40% más de tiempo que los niños de su edad, a las labores domésticas. Un equivalente a 160 millones de horas más. Solemos desconectar esta realidad con la ciencia y el hecho de que muchas niñas decidan no seguir carreras científicas, pero es algo que es urgente de reflexionar.

En una entrevista reciente, me preguntaron: “¿Qué hace una científica? Explícalo de manera sencilla para una niña de 10 años”. Pensé un momento y respondí que observamos el mundo, nos hacemos preguntas, formulamos respuestas posibles, investigamos, analizamos datos y sacamos conclusiones. Después de reflexionar sobre mi propia respuesta, me quedó aún más claro que el trabajo científico requiere concentración. ¿Cómo cumplir con estas exigencias cuando nuestra mente está saturada con preocupaciones domésticas y responsabilidades no compartidas?

No podemos ignorar que las mujeres siguen cargando con la mayor parte de las tareas domésticas y de cuidado, lo que impacta directamente en sus posibilidades de desarrollo académico y profesional. Es por esto que la corresponsabilidad es parte de lo que desde el Eje de Liderazgo y Participación Femenina del Consorcio Science Up en la Usach promovemos, pues es clave para acortar estas brechas.

Si realmente queremos que más mujeres se integren a la academia y se conviertan en científicas sobresalientes, debemos redistribuir las tareas del hogar y promover la corresponsabilidad. La equidad no es solo una meta educativa, sino una transformación cultural urgente. Reflexionemos sobre la brecha de género en educación y ciencia, porque la verdadera revolución no está solo en los laboratorios ni en las aulas, sino también en nuestros hogares.

Dra. Daniela Soto Soto
Coordinadora del Eje de Liderazgo y Participación Femenina
Consorcio Science Up
Universidad de Santiago de Chile

Carta al Director publicada en La Tercera aquí

SEÑOR DIRECTOR:

Quienes representamos a las universidades vinculadas al programa ANID “Ciencia e Innovación para el 2030”, consideramos atingente invitar a la ciudadanía a reflexionar sobre el porvenir de Chile como sociedad que anhela un desarrollo integral y sostenible, donde el conocimiento es un cimiento indispensable para abordar los desafíos de estos tiempos.

El incentivo a la creatividad promovido por estos proyectos, a través del quehacer de las facultades científicas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Universidad Católica del Norte y Universidad de Santiago de Chile, refuerza el rol de nuestras universidades como ejes del desarrollo científico, tecnológico y social del país, con pertinencia territorial. En este camino, gracias a proyectos como el Consorcio Science Up, hemos dado vida a espacios creativos que visibilizan materialmente las ideas innovadoras, fomentando soluciones concretas a desafíos locales y globales.

Reconocemos el valor de iniciativas estatales como el Programa de Financiamiento Estructural I+D+i Universitario (FIU) y albergamos la expectativa de que las administraciones venideras instauren políticas que aseguren un financiamiento constante. Sin duda, esto articulará esfuerzos entre academia, industria y gobierno, capitalizando la experiencia de programas como el nuestro, para así construir un futuro más sostenible y basado en el conocimiento.

El país que visualizamos demanda esta alianza colectiva con el quehacer científico e innovador, como impulsores de un Chile con mayor prosperidad, sustentabilidad y equidad.

Alberto Monsalve González, Vicerrector de Investigación, Innovación y Creación, USACH

Luis Mercado Vianco, Vicerrector de Investigación, Creación e Innovación, PUCV

Mónica Guzmán González, Vicerrectora de Investigación y Desarrollo Tecnológico, UCN

Entre ellas, se realizó el lanzamiento de la Academia Maker de Science Up, una plataforma abierta a la comunidad de la PUCV, UCN y Usach.

Con diversas actividades, eventos, talleres y el lanzamiento de una plataforma virtual, el Consorcio Science Up celebró la Semana de la Creatividad y la Innovación en sus tres universidades adscritas, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), la Universidad Católica del Norte (UCN) y la Universidad de Santiago de Chile (Usach). 

Esta iniciativa se enmarcó en la conmemoración del Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, fecha establecida por las Naciones Unidas y celebrada cada 21 de abril, que releva la importancia de potenciar el pensamiento creativo y fomentar las ideas innovadoras.

Ceremonia Usach

En este contexto, en la Usach se llevó a cabo la Ceremonia del Día de la Creatividad y la Innovación, instancia que contó con la participación de autoridades del ámbito científico, entre ellas: Cristian Cuevas Vegas, Subsecretario del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación; Patricia Muñoz Palma, Subdirectora de Redes, Estrategia y Conocimiento de ANID; Maricho Gálvez Bastida, Gerenta de Emprendimiento de Corfo; Fernando Hentzschel Martínez, Gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo; Alberto Monsalve González, Vicerrector de Investigación, Innovación y Creación (VRIIC) de la Usach; y María José Henríquez, Directora Ejecutiva del Consorcio Science Up.

Durante la jornada, la Directora Ejecutiva de Science Up presentó la Cuenta 2021-2024, destacando algunos de los principales hitos alcanzados durante la implementación de la Etapa II del Plan Estratégico. Además, reflexionó sobre la importancia de la creatividad y la innovación como competencias esenciales para el desarrollo del país.

Por su parte, el Decano de la Facultad de Ciencia de la Usach, Juan Escrig Murúa, valoró la instancia señalando: “Estamos muy contentos. Quisimos mostrar no solo los indicadores, sino también a las personas que hacen posible este proyecto: la comunidad estudiantil, el cuerpo académico y quienes han egresado. Porque Science Up no se trata solo de cifras; se trata de transformación, de cómo estamos cambiando vidas a través de la ciencia”.

Durante la jornada, también se brindó un espacio para reconocer experiencias y testimonios de estudiantes y académicos/as que han participado en diversas iniciativas del Consorcio Science Up. El primero en presentarse fue el Dr. Juliano Casagrande Denardin, académico de la Facultad de Ciencia, quien se adjudicó dos programas Innova en el Aula (2023 y 2025).

A continuación, Daniela Gómez Fuentes, estudiante de Bioquímica y de la primera generación del Minor de Innovación y Emprendimiento de la Usach, quien compartió su experiencia incursionando por primera vez en temáticas de i+e, seguida del Dr. Ernesto Gramash Labra, académico de la Facultad de Ciencia, quien se adjudicó el programa VincuLAB (2022 y 2024) y el programa de Rápida Implementación (2023). Posteriormente, la Dra. Jenny Blamey Alegría, académica de la Facultad de Química y Biología, relató su experiencia participando en iniciativas como la Red de Mentoras y el concurso de cuentos: “11F en Breves”.

Concurso Pitch 

La jornada culminó con la final del concurso de Pitch del Programa Growing Up: Ejecuta tu Idea 2024, que tuvo a tres proyectos finalistas: “InteractiLab”, “Vitalbrotes” y “Antagonistas peptídicos para el receptor P2X7”. Este último, dirigido por la reciente egresada de Bioquímica, Nelly Núñez Rojas, fue el que se consagró con el primer lugar.

Al respecto, Nelly mencionó que: “Me sentí muy contenta de poder mostrar el trabajo que he estado haciendo todos estos meses, y sobre todo, considerando que es para personas que, como yo, tienen una enfermedad autoinmune”. 

Sobre su preparación para esta competencia, agregó que: “Pude generar este pitch porque dentro del programa (Ejecuta tu Idea) tuvimos todo tipo de talleres. El primero que tuvimos fue cómo crear un pitch y gracias a ese taller pude diseñar de buena forma el pitch, porque antes de este proyecto nunca había hecho nada relacionado”, dijo la directora del proyecto.

Finalmente, a través de un video se presentó la primera versión del evento “Desafío Science Up”, el cual reunió a actores del sector productivo, estudiantes y académicos/as. El foco estuvo en la validación de problemas reales de la industria, etapa clave del emprendimiento para superar el denominado “valle de la muerte”.“Creo fundamental transferir conocimiento desde mi experiencia, ya que salí de la academia para emprender. Compartir mi visión como científica y ahora emprendedora es valioso. Estudiantes, colegas y profesores deberían ver que emprender es una opción real y cercana”, destacó la Dra. Daniela Geraldo Durán, CEO de Breaking Cupper e integrante de la Red de Mentoras Science Up que participó en esta versión. 

Semana de la Creatividad e Innovación

Por otro lado, durante la semana en la UCN se llevaron a cabo una serie de talleres, dirigidos a la comunidad estudiantil y al cuerpo académico. En la sede de Coquimbo se realizó el ciclo Biomaker: “Creatividad es i+e” (leer la nota aquí), y en Casa Central en Antofagasta se organizó el ciclo Maker: “Ciencia, Creatividad e Innovación” (leer la nota aquí).

Asimismo, de forma online se realizó el lanzamiento de la Academia Maker (acceder aquí), una plataforma virtual educativa en torno a temáticas de innovación y emprendimiento dirigida a la comunidad universitaria de las tres universidades adscritas. 

Finalmente, en la PUCV se realizaron tres actividades, una de ellas fue un stand de difusión de los programas activos, seguido de una Maker_talks (leer nota aquí) organizado en colaboración con el Valparaíso Makerspace. Para cerrar la semana, el 25 de abril se realizó un taller sobre Fabricación Digital, dirigido a académicos/as PUCV, quienes adquirieron capacidades básicas para diseñar y luego prototipar sus proyectos. 

La jornada contó con una visita al observatorio del Instituto de Física PUCV “ObsCura” guiada por el académico Mikhail Lisakov. 

Más de 30 personas se reunieron en el Curauma Makerspace PUCV de la Facultad de Ciencias para vivir la primera Maker_Talks del año “Un Universo de Innovación: Un pequeño paso para una idea, un gran salto para la innovación”, organizado por Valparaíso Makerspace PUCV y el Consorcio Science Up, quienes conmemoran la semana de la Creatividad y la Innovación con esta actividad abierta a todo público. 

La jornada comenzó con palabras de bienvenida de María José Henríquez, Directora Ejecutiva de Science Up, quien señaló la importancia de fomentar la innovación en torno a las ciencias, y cómo iniciativas como las Maker_Talks acercan el conocimiento a las personas en general, y fomentan el diálogo y la reflexión. 

Por su parte, Carolina Escobar, Coordinadora de Incubación de la Vicerrectoría de Investigación, Creación e Innovación de la PUCV, destacó el rol de la Universidad en impulsar capacidades de innovación y emprendimiento en estudiantes de pregrado: “Los Maker_Talks consisten en la invitación de diversos expositores con interesantes proyectos e innovaciones para que sean presentados en un contexto relajado, ojalá con la presencia de estudiantes para que también vayan conociendo este mundo de la innovación que se desarrolla en la PUCV”. 

Posteriormente, se dio inicio a las Maker_Talks con la charla “Proyecto SETI: Búsqueda de vida inteligente” de Jaime Giannelloni, astrónomo y divulgador científico de la Fundación Parque de la Ciencia. “Estoy muy agradecido por la invitación a Maker_Talks para poder hablar sobre el Proyecto SETI, intentar buscar vida inteligente en el universo, explicando los distintos métodos e instrumentos y la posibilidad de encontrar formas de vida que podrían existir en otros rincones del universo”. 

Tras una serie de preguntas del público, fue el turno de Ivan Kopaitic, académico de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y director del Laboratorio de Fotometría PUCV, quien dictó la charla “El rol de la academia en el combate de la contaminación lumínica”. 

Sobre esta actividad, Iván señaló que su participación buscaba: “Mostrar los desarrollos que como universidad estamos haciendo, cómo formamos a alumnos, y dar la relevancia a una problemática que mucha veces se desconoce y que tiene un gran impacto en la salud de las personas, la biodiversidad y los cielos astronómicos”. 

Para finalizar la jornada se realizó una visita al ObsCura, el Observatorio ubicado en la Facultad de Ciencias en Campus Curauma, donde el académico Mikhail Lisakov, explicó el funcionamiento de las tecnologías disponibles para observar los cielos y brindó la oportunidad a los asistentes de utilizar un telescopio solar. 

Mikhail se refirió al objetivo que tienen desde el Observatorio: “es muy importante para nosotros que la gente pueda entender lo que pasa en el cielo, aquí podemos ver y aprender cómo funciona el universo y eso es lo que queremos compartir desde ObsCura, queremos que el conocimiento sea accesible a todo público”.

Desde Valparaíso y Curauma Makerspace PUCV, reafirmaron sus compromisos con abrir las puertas del conocimiento a toda la comunidad, impulsando espacios que despierten la curiosidad, el pensamiento crítico y la creatividad. Esta edición de Maker_Talks es solo un ejemplo de cómo ciencia, tecnología y sociedad pueden encontrarse para imaginar y construir un futuro más consciente, conectado y fomentar experiencias que inspiren a nuevas generaciones a ser protagonistas del cambio.