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Buscando fortalecer el perfil de sus estudiantes, la Facultad de Ciencia y la Facultad de Química y Biología crearon esta nueva certificación intermedia, ofreciendo diez cupos para la formación de su primera generación.

Desde enero y hasta marzo de 2024, el Minor en Innovación y Emprendimiento mantendrá abierta sus postulaciones (aquí). Un programa creado por la Facultad de Ciencia y la Facultad de Química y Biología, en el marco de su proyecto Ciencia e Innovación para el 2030, el cual fue diseñado considerando las características de su comunidad de pregrado.

“Esta es una certificación intermedia que da mayores capacitaciones en áreas que hoy día no se están abordando. Complementa la formación disciplinaria de nuestros y nuestras estudiantes, a quienes les invito a sumarse”, expresó la Decana de la Facultad de Química y Biología, Dra. Leonora Mendoza Espinola.

El programa es parte de los esfuerzos emprendidos por estas facultades para impulsar la innovación y el emprendimiento en sus mallas curriculares. Este se compone por cinco asignaturas, las cuales se articularán con los ramos del plan de estudio que cursen quienes sean seleccionadas y seleccionados.

“Este minor les dará a los y las estudiantes una forma distinta de cómo intersectar la ciencia con este mundo de las innovaciones y emprendimientos. Ampliará sus perfiles al posibilitar conexiones con otras disciplinas, lo que será clave para su futuro”, señaló la Dra. Galina García Mokina, Vicedecana de Docencia de la Facultad de Ciencia y una de las coordinadoras del Eje de Armonización Curricular del Consorcio Science Up.

Los requisitos para postular son: estar cursando una carrera de pregrado de por lo menos 5 años de duración y contar con los semestres suficientes para cursar el Minor sin afectar el proceso de titulación oportuna de la carrera cursada. Este último es analizado por profesionales a cargo de la implementación del Minor, ya que la articulación de asignaturas varía dependiendo de la carrera, por lo que se recomienda consultar a través del mismo formulario de postulación.  

“Quiero invitar especialmente a esos y esas estudiantes que tienen ideas dando vueltas y quieren crear algo, pero no saben cómo. Esta es la oportunidad para conocer las herramientas necesarias para llegar a ser innovadores/as y emprendedores/as en el área de la ciencia y la tecnología”, destacó la Dra. Brenda Modak Canobra, Vicedecana de Docencia de la Facultad de Química y Biología, también Coordinadora del Eje de Armonización Curricular del Consorcio Science Up.

Actualmente, se contemplan diez cupos para la primera generación de esta especialidad, la cual comenzará el primer semestre de 2024 con la asignatura “Creatividad e Innovación”.

Envía tu postulación en el siguiente enlace https://bit.ly/minorscienceup

Tras seis meses de clases, la asignatura optativa de la Facultad de Ciencias PUCV “Innovación, Ciencia y Tecnología” (BIO810), organizada e impartida por el Consorcio Science Up y Valparaíso Makerspace, finaliza sus actividades mediante la evaluación de los proyectos finales de las y los estudiantes.

La presentación final se llevó a cabo en Valparaíso Makerspace, actividad que fue moderada por Dayan Echeverría, coordinadora de dicho espacio. En total, fueron tres equipos los que presentaron sus propuestas de emprendimiento en formato Pitch, quienes abordaron distintas temáticas, desde recuperación de suelos contaminados en Quintero-Puchuncaví; una solución al consumo de micropartículas de plástico en agua; y el desarrollo de una crema tópica a base de cúrcuma para el tratamiento de hongos.

Dentro del jurado, estuvieron presentes, Nicole Galdames, coordinadora de Incubación de la Dirección de Innovación PUCV; María José Henríquez, coordinadora general de Science Up; Nicolás Mora, gestor de Innovación y Creatividad de Science Up PUCV y Rebeca Reinoso, coordinadora de ValpoXClima.

Sobre el desempeño de las y los estudiantes, Rebeca Reinoso mencionó que “es gratificante observar el compromiso de los y las estudiantes para crear soluciones a problemas complejos, aplicando de manera precisa las herramientas de innovación aprendidas durante el curso”, añadiendo que “demostraron su capacidad para poner en práctica sus conocimientos, presentando ideas inspiradoras con un alto potencial de impacto y abordando temas actuales”.

“En particular, destacó la relevancia del proyecto “Ecosuelos”. Lo que me gustó es su enfoque a largo plazo, ya que no solo proponen mecanismos para la recuperación de suelos contaminados por arsénico, sino también la posibilidad de una conversión económica beneficiosa para las comunidades de las zonas de Quintero y Puchuncaví. Este enfoque sistémico desempeña un papel fundamental en la generación de soluciones innovadoras, donde los jóvenes tienen un rol esencial como agentes de cambio por un futuro sostenible”, finalizó la profesional de ValpoXClima.

Nicolás Mora, gestor de Innovación y Creatividad de Science Up y docente de la asignatura, señaló que los proyectos presentados contaron con un buen nivel, por ser la primera vez que exponían en formato pitch.

“Si bien no hubo mucho tiempo para llevar las ideas de solución a un prototipo material, pudieron dejar en claro la importancia de sus propuestas en base a su investigación, profundización del problema y oportunidad de acción con un enfoque ligado a sus disciplinas científicas. Eso nos deja una gran satisfacción, ya que uno de nuestros grandes objetivos era transmitirles la mentalidad del pensamiento de diseño en cuanto a la profundización y cuestionamiento constante de los problemas y sus causas”, agregó el docente.

Cabe destacar que, esta es la primera generación de estudiantes de la Facultad de Ciencias en cursar esta asignatura, lo que establece un precedente significativo para el Consorcio Science Up, ya que esta asignatura constituye un aporte práctico para impulsar las competencias de i+e en estudiantes de pre y postgrado de la Facultad de Ciencias PUCV.

Durante noviembre se llevó a cabo el lanzamiento del segundo libro del Dr. Waldo Quiroz, docente e investigador del Instituto de Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y colaborador del Eje de Armonización Curricular del Consorcio Science Up, titulado: “Podemos y debemos investigar: Ciencia para la ciudadanía activa”.

El lanzamiento del libro tuvo lugar en el auditorio Dr. Otto Zöllner Schorr de la Facultad de Ciencias PUCV, en la Sede Curauma, el cual contó con una mesa de presentación y la asistencia de cerca de 50 personas, entre ellos, estudiantes, docentes, funcionarios y funcionarios.

“Podemos y debemos investigar”

En conversación con el Dr. Waldo Quiroz, el académico comentó que esta obra está dirigida a cualquier persona que tenga interés por la investigación o quiera aprender sobre el área, ya sean estudiantes o profesionales que estén comenzando su trayectoria en la investigación científica.

“El libro es un intento de explicar qué es investigar, por qué es importante que todos investiguemos y cómo comenzar a hacerlo”, relató el docente, agregando que este libro busca convencer a la gente que tiene interés por investigar, a que se atrevan a hacerlo, porque pueden.

“Todas las personas tenemos curiosidad para formularnos preguntas y tenemos la capacidad para buscar soluciones a nuestros problemas, solo que en general, lo hacemos de forma intuitiva y desordenada”, mencionó el académico.

Además, el Dr. Quiroz enfatizó en que “con este libro busco demostrar que no es necesario tener un laboratorio ni perseguir un paper para investigar, muchas veces nuestra realidad local o personal nos presenta desafíos (…), problemas de cómo mejorar mi salud, mis ingresos, mis relaciones personales, etc., son cosas que se pueden investigar seriamente y la lógica de la investigación es la misma que la de la ciencia profesional”.

Investigación e innovación

Por otro lado, el académico se refirió a los aportes que el libro entrega al área de la investigación. Sobre ello, agregó que: “ayuda a entender el cómo encontrar y formular un problema de investigación y cómo se sistematizan y analizan datos. No existen libros en español que realicen un análisis sistemático de estos aspectos y, en general, quienes estudiamos ciencias lo aprendemos en la práctica a través de equivocaciones, y en conversaciones con nuestros mentores”, indicó el Dr. Quiroz.

En cuanto a la conexión con la innovación y el emprendimiento, y pese a que no son la piedra angular de su libro, Waldo Quiroz indicó que sí cuentan con un punto en común con la investigación científica básica; todas buscan resolver problemas. Sobre ello, señaló que, “en el caso de la ciencia básica, son problemas de conocimiento que buscan comprender cómo funciona el mundo (…), en el caso de la innovación de base científica, son problemas de acción que buscan determinar las mejores formas de intervenir la realidad y el resultado de eso son mejores métodos y sistemas materiales”. 

Continuó señalando que, “la lógica de investigación es la misma, es enterarse de lo que ya se sabe del tema, implementar o proponer nuevas o mejores soluciones, diseñar alguna forma de evaluar el desempeño de esas soluciones, analizar los datos como resultado de esas pruebas y concluir en concordancia con lo anterior”, finalizó el académico.

En el marco del primer Festival de las Ciencias (FECI) Placilla, organizado por el Colegio Santa Clara de Placilla y la Facultad de Ciencias PUCV, el Consorcio Science Up participó como auspiciador de este encuentro, así como también, con un stand de difusión de los Ejes de Liderazgo y Participación Femenina (LPF), Armonización Curricular (AC) y Vinculación con el Entorno Socioeconómico (VESE).

Este encuentro contó con la colaboración de la Delegación Municipal de Placilla-Peñuelas, el Museo Histórico de Placilla, Canal 74 de Placilla, Conaf y Sernapesca, y la participación de diversos colegios de la región de Valparaíso, quienes recorrieron los stands y disfrutaron de los espectáculos musicales y de danza que presentaron los y las estudiantes del Colegio Santa Clara.

Al respecto de esta instancia, Vania Riquelme, profesional PUCV del Eje LPF, indicó que “el objetivo de este stand fue dar a conocer los lineamientos generales de Consorcio a las comunidades escolares de Placilla, pero enfocándonos en los propósitos anclados al Eje de Liderazgo y Participación Femenina”.

Además, en el contexto de las transformaciones estructurales y culturales que están detrás del proyecto Ciencia 2030, el stand se denominó “Todos y todas por la Ciencia”. Por tanto, el stand se enfocó en dar a conocer a la comunidad los aportes de científicas en áreas STEM.

“La idea fue reflexionar junto a las nuevas generaciones la necesidad de pensar en referentes femeninas cuando imaginamos el trabajo en un espacio de investigación, sea esto un laboratorio un centro de investigación astronómica, etc. Hoy en día, hay muchas niñas, niños y jóvenes que cuentan en su imaginario con referentes mujeres y eso da cuenta de que las próximas generaciones son claves a la hora de transformar estos espacios”, finalizó la profesional.

En la oportunidad también se dio a conocer a las y los estudiantes de la Facultad de Ciencias los distintos programas que el Consorcio ofrece durante el año y principalmente los concursos que se encuentran en etapa de postulación del eje AC y VESE; tales como, Innova en el Aula y la pronta inauguración del espacio creativo “Curauma Makerspace”.

Aprovechando la instancia que reunió a los participantes de Bootcamp y a estudiantes con interés en estas materias, se presentó el nuevo Minor en Innovación y Emprendimiento, programa creado por la Facultad de Ciencia y la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile, a través del Eje de Armonización Curricular en el marco del proyecto Ciencia e Innovación para el 2030, Consorcio Science Up.

“Nuestros programas son complementarios, una estrategia que busca responder al interés del estudiantado desde diferentes perspectivas. En esa línea, acabamos de desarrollar un minor de innovación y emprendimiento, que es un cambio curricular que implementaremos el 2024 para pregrado, comunidad que está invitada a ser parte de la primera generación con esta especialidad, cuyos aspectos generales y prerrequisitos pronto los daremos a conocer”, expresó el Administrador del Consorcio Science Up Usach, Adolfo Ocaña Aguilar. 

Una especialización que busca entregar herramientas que les permita a estudiantes de pregrado desarrollar proyectos científico-tecnológicos, como las propuestas innovadoras presentadas en sus pitch, aumentando las posibilidades de éxito de sus potenciales emprendimientos de base científica-tecnológicos (EBCT).

“Es importante que estudiantes de carreras que usualmente se enfrentan a la ciencia básica, consideren que de ideas innovadoras pueden sacar una línea de investigación aplicada. Mientras más estén conscientes de esto y se preparen, más probabilidades tendremos de que alguno llegue a tener un gran impacto, como Not Company, que surgió desde Pablo Zamora, ex estudiante del Doctorado en Biotecnología de nuestra Facultad”, expresó la decana de la Facultad de Química y Biología, Dra. Leonora Mendoza Espínola.

El Minor en Innovación y Emprendimiento es un programa de profundización que entrega nuevas herramientas para complementar el perfil profesional del estudiantado. Actualmente, se encuentra en proceso de implementación en los planes de estudio de la Facultad de Ciencia y Facultad de Química y Biología, para iniciar clases el primer semestre de 2024. El plan de estudio del Minor contempla cinco asignaturas: Creatividad e innovación; Desarrollo de oportunidades de negocios tecnológicos; Ciencia, innovación y emprendimiento; Liderazgo, capacidad emprendedora y equipos colaborativos; Prototipo científico-tecnológico.

El Programa busca fomentar la implementación de nuevas metodologías de enseñanza en el aula durante el segundo semestre 2023.

Desde el 25 de septiembre al 8 de octubre estarán abiertas las postulaciones para el Programa “Innova en el Aula” del Consorcio Science Up, el cual busca promover y fomentar el espíritu emprendedor e innovador de estudiantes de Ciencias en asignaturas de este segundo semestre.

Esto, mediante la incorporación de nuevas metodologías en la enseñanza de los contenidos disciplinares científico-tecnológicos, implementadas por académicos/as de las facultades de Ciencias adscritas al Consorcio.

Para esto, los proyectos de innovación en el aula podrán optar a un monto máximo de financiamiento de $2.000.000 para la ejecución de esta innovación.

¿Cuáles son los requisitos?

Para postular, los interesados deberán completar el formulario de inscripción disponible (descargar aquí) y enviarlo al correo electrónico postulaciones@scienceup.cl hasta antes del 8 de octubre a las 23:59 horas.

En el formulario los postulantes deberán especificar los integrantes del equipo de trabajo, la propuesta técnica de innovación, el presupuesto solicitado, el plan de trabajo y una Carta Gantt.

Resultados esperados del Programa

Se espera la obtención de al menos uno de los siguientes resultados durante la ejecución del Programa.

¿Quiénes pueden postular?

Académicos/as de alguna de las facultades de Ciencias adscritas al Consorcio:

●          Facultad de Ciencias, PUCV.

●          Facultad de Ciencia, USACH.

●          Facultad de Química y Biología, USACH.

●          Facultad de Ciencias, UCN.

●          Facultad de Ciencias del Mar, UCN.

●          Departamento de Ciencias Geológicas, UCN.

Revisa las bases del Programa a continuación:

BASES INNOVA EN EL AULA_finalDescargar

Convocó a académicos y académicas de las Facultades de Ciencias y Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte (UCN).

Durante el mes de agosto se llevaron a cabo los talleres MakerLab Innova en el Aula, una actividad inter ejes, Eje de Armonización Curricular y Eje de Vinculación con el Entorno Socioeconómico del Consorcio Science Up de la Universidad Católica del Norte, en alianza con Valparaíso Makerspace, el Departamento de Ingeniería Industrial UCN y el Consorcio Heuma.

Se realizó un primer taller introductorio presencial en Valparaíso, ejecutado por Valparaíso Makerspace, para indagar las metodologías maker a nivel consorcio e intercambiar prácticas de cómo generar espacios e instancias de aprendizaje, innovación e investigación en ciencias.

Los siguientes tres talleres se realizaron en modalidad online y presencial, este último siendo en el laboratorio Maker Ingeniería UCN, donde los académicos y académicas de la Facultad de Ciencias del Mar se trasladaron hasta la segunda región para conocer y poner en práctica el uso del Software de prototipado Autodesk junto con los académicos y académicas de la Facultad de Ciencias.

Al respecto, el Decano de la Facultad de Ciencias y Director del proyecto Science Up de la UCN, Luis del Campo, declaró que “logramos reunir al personal de Antofagasta y Coquimbo para que trabajen en estos proyectos, para que desarrollen ideas y se conozcan. Y lo más importante, también, es que estamos consolidando finalmente algunas ideas del proyecto, particularmente con todo lo que tiene que ver con innovación, transferencia tecnológica y con emprendimiento”.

Asimismo, Carolina Rojas, Directora del Departamento de Ingeniería Industrial y coordinadora académica de Maker Ingeniería UCN, comentó que “estamos muy contentos de desarrollar estos talleres en conjunto, que buscan favorecer y fomentar los procesos de innovación, que son inherentemente colectivos y colaborativos. Nos motiva poder trabajar con las facultades de ciencia y las facultades de ingeniería en el maker de ingeniería de prototipado”. 

Impresiones de académicos

La académica y Secretaria de Investigación de la Facultad de Ciencias del Mar, Paola Chandía, comentó que participar de estos talleres fue fundamental para poder incluirlas en las asignaturas de pregrado y postgrado, además, afirmó que “hay que incorporar estas herramientas en la planificación didáctica de las asignaturas para que permitan a los que estudiantes que estén interesados exploren estas áreas de innovación y el emprendimiento”.

Por su parte, Darío Espinoza, académico del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias, manifestó que estas instancias son enriquecedoras, ya que “junta el mundo de la ciencia básica con este mundo del hacer, del maker, porque nos abre posibilidades para poder hacer algunos ensayos que no son tan tradicionales, como el prototipado”, finalizó.

La Facultad de Ciencia y la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile, a través del Eje de Armonización Curricular de su Consorcio Ciencia 2030, Science Up, creó el primer Minor en Innovación y Emprendimiento especialmente diseñado para sus estudiantes. Un programa de cinco asignaturas que ya fue aprobado por la Vicerrectoría Académica, el que se impartirá desde el primer semestre de 2024.

“El objetivo de este programa es profundizar en esta materia, entregando herramientas que permitan a sus participantes gestionar proyectos científico-tecnológicos innovadores y dar respuestas novedosas a las necesidades emergentes de la sociedad y la industria”, destacó la Dra. Brenda Modak, coordinadora del Eje de Armonización Curricular de la Facultad de Química y Biología.

Las cinco asignaturas que componen el minor son: Creatividad e innovación; Desarrollo de oportunidades de negocios tecnológicos; Ciencia, innovación y emprendimiento; Liderazgo, capacidad emprendedora y equipos colaborativos; Prototipo científico-tecnológico.

“Algunos de estos ramos pueden ser convalidados con otros en las mallas curriculares de quienes postulen, lo que dependerá de las autoridades de cada carrera”, precisó la Dra. Galina García Mokina, coordinadora del Eje de Armonización Curricular de la Facultad de Química y Biología

De acuerdo a lo expresado por Adolfo Ocaña Aguilar, administrador del proyecto en la Usach, “este se enfocará en desarrollar la creatividad, habilidades de comunicación, trabajo en equipo, liderazgo y negociación de sus participantes, todas estas orientadas al diseño e implementación de soluciones de base científico-tecnológicas innovadoras”.

Los requisitos para inscribir este minor son: ser estudiante regular de pregrado de estas facultades, que la carrera cursada tenga una duración superior a ocho semestres y que al postulante por lo menos le falten cinco semestres para egresar.

“Luego de su egreso, podrán formular y proyectar soluciones y respuestas eficaces y eficientes a problemáticas detectadas en un entorno cercano, aplicando conocimientos sobre variables asociadas a un proyecto de diseño avanzado, desde su ideación hasta su implementación económica y productiva en etapa inicial”, finalizó la profesional a cargo del Eje de Armonización Curricular en la Usach, Mónica Páez Iglesias.

Más información: https://bit.ly/MinorScienceUp

El 27 de julio, el equipo del Eje de Armonización Curricular (AC) de la PUCV, junto al Valparaíso Makerspace, fueron los anfitriones del encuentro “Meeting Maker”, que reunió a coordinadores, profesionales y académicos del Eje AC de las tres universidades adscritas al Consorcio (UCN, USACH y PUCV) en el espacio creativo Valparaíso Makerspace.

El encuentro comenzó con una actividad de bienvenida y socialización del espacio de Valparaíso Makerspace a los delegados de cada universidad, seguido de una presentación de las iniciativas Maker al Consorcio, a cargo de Dayan Echeverría, coordinadora general de Valparaíso Makerspace y Nicolás Mora, gestor de creatividad e innovación Science Up.

Estuvieron presentes los profesionales del Eje AC, Juan Pablo Lobos y Nicolas Mardones de la PUCV, Mónica Páez de USACH, Edison Serrano de UCN Coquimbo y Claudia Núñez y Darío Espinoza de UCN Antofagasta. También asistió Mariela Tapia, académica del Departamento de Ingeniería Industrial UCN Antofagasta.

Durante la ocasión, el equipo de la PUCV compartió experiencias y buenas prácticas en relación con la gestión del espacio creativo de Valparaíso Makerspace. De esta manera, proporcionaron algunas directrices para la actual instalación y creación de los espacios creativos en UCN y USACH.

Reflexiones y aprendizajes

Gran parte del encuentro quedó marcado por las instancias de diálogo entre las tres casas de estudios, donde el intercambio de ideas y conocimiento fue el eje central.

Respecto a ello, Juan Pablo Lobos, profesional del Eje AC de la PUCV, mencionó que esta visita responde a “poder conocer qué es lo que está haciendo el equipo PUCV del Consorcio Science Up, a través del Valparaíso Makerspace, un lugar donde el trabajo tecnológico, el acompañamiento a las tesis y a la implementación científica-tecnológica es súper importante para la formación de estudiantes de pre y postgrado en ciencias”.

Alguno de los aprendizajes que Juan Pablo destacó de esta visita es: “la innovación que los docentes tienen que desarrollar en el trabajo con los estudiantes a nivel didáctico, a nivel metodológico, a nivel de estrategia para lograr el desarrollo y aprendizaje de competencias y contenidos”.

Por su parte, Darío Espinoza, coordinador del Eje AC de la UCN, mencionó que pudo conocer la trayectoria que ha recorrido Valparaíso Makerspace, desde sus programas y actividades, hasta sus hitos más importantes. “Y desde luego generar lazos para futuras colaboraciones con las personas del Consorcio (…) más que aprender, fue aclarar y reconocer que hay mucho potencial, que muchas de las cosas que se realizan en el Departamento de Química UCN tiene el potencial de emprendimiento”, dijo Espinoza.

En tanto, Mónica Páez, profesional del Eje AC de la USACH, destacó que durante este encuentro pudieron conocer las experiencias del equipo y todo el trabajo que han desempeñado con estudiantes y académicos, donde también se generó un espacio de reflexión e intercambio de ideas.

Tras esta visita, Páez señaló que “queremos formular un taller para académicos para incentivarlos a utilizar la metodología Maker en sus clases o incluso en laboratorios. Como es un primer encuentro, nos enfocaremos en motivar y apoyar el diseño de una unidad donde se pueda aplicar la metodología”.

Durante la tarde, se realizó la actividad “Retrospectiva: Generación de espacios e instancia de aprendizaje, innovación e investigación en Ciencias”, la cual consistió en un análisis de las fortalezas, obstáculos, motivaciones y proyecciones de cara a la instalación de una cultura de innovación en cada una de las instituciones.

Entrevista

La coordinadora del Eje de Armonización Curricular de la iniciativa Science Up, Consorcio Ciencia 2030; reflexiona sobre lo que la llevó a ser una investigadora en matemática, rescatando una infancia con pocas diferencias de género y el efecto del liderazgo en su formación.

¿Cómo es una mujer científica? Una pregunta que traía una serie de estereotipos a los compañeros universitarios de la Dra. Galina García Mokina, desde una personalidad tímida y aburrida hasta el cuestionamiento de si siquiera existen. Una imagen que no calzaba con ella, una líder alegre y sin miedo a hablar en público. Cualidades que hoy son muy importantes para su actual cargo en la Facultad de Ciencia de la Universidad de Santiago de Chile: Vicedecana de Docencia.

¿Cuándo surgió su interés por la ciencia?

Desde muy chiquita tenía definido que me gustaba la matemática y la física. Mis padres son ingenieros y siempre cultivaron mi amor por la ciencia. En la escuela también, donde veían mi potencial y me daban la opción de participar en muchas actividades extracurriculares. Así empecé a ir a las olimpiadas.

¿Le gustaban las competencias?

Más bien tener buenos resultados. A mis amigas y a mí nos iba bien académicamente y éramos responsables, pero también alegres y sin miedo a hablar en público, entonces siempre nos elegían para todo, incluso para representar al colegio. Nosotros desde la primaria votamos para elegir a un Jefe de escuela, un Jefe de estudios y uno de actividades; los que recibían capacitaciones. Mi grupo siempre salía elegido.

¿Había una figura femenina que la haya influido?

Para mí siempre fue mi mamá. Ella me apoyaba en todo y me incentivaba a entrar a colegios especializados, como el Preuniversitario de Ciencias Exactas, durante los estudios de media. Para entrar a este colegio había que pasar por unas pruebas e ir a unas escuelas de verano, las que eran parte de un programa en el cual cada municipalidad preparaba a un grupo de estudiantes para entrar a ese colegio. Luego se hizo una selección y solo una amiga mía y yo fuimos escogidas. Lo bueno es que, gracias a la buena preparación que obtuvimos en este colegio, entrar a la universidad y, en particular el primer año, fueron fáciles para nosotras.

¿Habían diferencias en torno al género?

En la universidad tal vez. Entré a licenciatura en Física y cada vez que decíamos qué estudiábamos nos decían “¿están seguras?”, como diciéndonos “no puede ser”. Es que éramos alegres y divertidas, y tal vez  creían que los físicos eran aburridos. Además todos pensaban que era una carrera muy difícil para nosotras. Nos miraban y decían “están locas” o “ustedes no van a terminar”.

Pero en lo demás, nunca sentí que un profesor hiciera diferencias, como “si eres niña no vas aquí”. Todos competíamos por igual. Eso sí, en un comienzo entramos muchas y luego quedamos muy pocas, aunque también desertaron hombres. Es que era una carrera dura.

¿Tal vez los roles de lo femenino y lo masculino en Cuba son más paritarios?

Yo creo que sí. Diferencias de salario no hay. Saliendo de la universidad tenemos dos años para pagar la carrera y todos tienen el mismo salario, no importa si eres hombre o mujer. Además, allá todo el mundo trabaja, la mujer tiene seis meses de postnatal y luego tiene que volver a trabajar, porque hay lugares donde cuidan a los niños desde muy pequeños y así apoyan a las mamás en su regreso  al trabajo.

¿Las tareas domésticas se compartían?

En mi casa sí, cada uno tenía sus responsabilidades. Por ejemplo, mi padre era militar y tenía menos tiempo en la casa, pero cuando llegaba tenía que estudiar con nosotras, acostarnos para dormir, en las mañanas llevarnos al colegio, etc. Todo dividido.

¿Cuándo y por qué comenzó su investigación en matemática?

Cuando terminé mi carrera trabajé en el Instituto de Oceanografía en investigación, pero tenía ganas de más. Los postgrados en Cuba cubren muy pocas áreas, así que era difícil. Una amiga que fue a Chile a una escuela de verano me habló de un doctorado en matemáticas y me pareció interesante, pensé que yo siendo física podría hacerlo. Postulé y así llegué.

Cuando uno llega a Chile hace muchos cursos y ahí va viendo que es lo que más le gusta. Como yo venía de la física me gustaba lo aplicado y así me especialicé en teoría de control en ecuaciones diferenciales, así como en problemas inversos, que en palabras simples, es cuando en un modelo conocemos las ecuaciones pero no las condiciones iniciales o las fuerzas que actúan sobre el sistema, y el objetivo es, usando mediciones posteriores del estado, poder recuperar esos datos inicialmente desconocidos. 

Sobre el Día Internacional de la Mujer Matemática, ¿por qué cree que es importante celebrar?

Que por primera vez se tenga una ganadora de la Medalla Fields (la matemática Maryam Mirzakhanies, en 2014) es un logro que hay que celebrar. Para nosotras este tipo de conmemoraciones son súper importantes, porque nos visibilizan. Es una manera de decir que existen mujeres matemáticas y estamos contribuyendo. Pero no es un desafío de un día, es diario.

Desde la armonización curricular hay iniciativas para visibilizar el trabajo de las mujeres a través de las mallas, proponiendo cursos que tengan de forma transversal este objetivo. Pero no solo tiene que estar en la malla, sino también en acciones fuera del aula que nos ayuden a cambiar culturalmente, como modificaciones en nuestra forma de comunicar.

En colaboración del Eje de Liderazgo y Participación Femenina, gestamos el documento “Recomendaciones para el uso de un lenguaje no sexista”, el cual buscamos que ayude a cambiar actitudes, para que también se refleje la incorporación de la perspectiva de género en nuestro lenguaje.