El pasado viernes 16 de diciembre, el eje de Armonización Curricular de Science Up en la PUCV presentó el documento de competencias de innovación y emprendimiento, cuya finalidad es crear un programa consorciado entre la PUCV, UCN y USACH, que fortalezca en estos ámbitos a las carreras y programas de sus Facultades de Ciencias.
El documento, que previamente fue divulgado entre unidades académicas y comités curriculares de la Facultad de Ciencias de la PUCV, presenta las competencias y los niveles de aprendizaje en las temáticas de innovación y emprendimiento, además de sus posibles aplicaciones, con el fin de fomentar el emprendimiento, el desarrollo de capacidades para promover la investigación aplicada, la transferencia y desarrollo tecnológico, la innovación de vanguardia y los emprendimientos de base científica tecnológica por parte de las y los estudiantes de los diferentes programas formativos del Consorcio.
La bienvenida al evento la dio el director de Science Up, Luis Mercado, quien destacó el trabajo realizado por el eje. Posteriormente, el profesional de Armonización Curricular en la PUCV, Juan Pablo Lobos, dio a conocer el proceso de construcción de este documento, acompañado de Cristian Merino, director de la Unidad de Mejoramiento de la Docencia Universitaria PUCV (UMDU) y Waldo Quiroz, académico del Instituto de Química e integrante líder del eje en la PUCV.
El evento también contó con las palabras del Decano de la Facultad de Ciencias PUCV, Manuel Bravo, y de Macarena Rosenkranz, Directora de Innovación de la PUCV, en representación de la Vicerrectora de Investigación, Ximena Besoain.
El también director de investigación de la PUCV, Luis Mercado, evaluó positivamente la instancia y declaró: “gracias a las y los académicos que se vieron involucrados, el trabajo que llegó al final de la discusión tiene mucha calidad y la recepción ha sido positiva. Nuestra expectativa es que se logre encontrar los puntos en común entre las universidades del consorcio y que nos focalicemos en los aspectos en los que podamos avanzar y potenciar”.
Por su parte, el académico que forma parte del eje de Armonización Curricular de Science Up, Waldo Quiroz, comentó: “creo que se ha comprendido que este es un proceso que se ha construido de la comunidad hacia arriba y que es una formación complementaria que representa un complemento para las y los estudiantes que quieran formarse en innovación y emprendimiento, es un proceso lógico y progresivo, que parte de las competencias y avanza hacia los resultados de aprendizaje, instrumentos de evaluación y luego a las actividades”.
El profesional del eje de Armonización Curricular PUCV, Juan Pablo Lobos, destacó la participación de académicos y académicas en la instancia: “la recepción fue positiva, se generó un espacio de preguntas al final y estuvieron muy participativos todos, hubo interacción, que es lo que estábamos esperando como organizadores, este es un trabajo que tiene posibilidades de desarrollo y es un proceso, en este minuto el eje de Armonización Curricular está en un rol central”.
El Doctor en Microbiología y docente del Instituto de Biología de la PUCV, Roberto Bastías, es el creador de “Kiwiphage”, un bioinsumo basado en bacteriófagos para el control de la bacteria causante del cáncer del kiwi.
“Kiwiphage” forma parte de los proyectos de Rápida Implementación de Science Up, Programa que apoyó el proceso que este equipo de investigación ya venía llevando a cabo con la ayuda de financiamiento Fondef IDeA, para la realización de las actividades experimentales durante 2015-2018. Con el apoyo final del Consorcio, el equipo logró impulsar las últimas fases del proceso de transferencia tecnológica.
Se espera que el proyecto tenga un impacto positivo para la industria, ya que permitirá mantener controlada una pandemia que no ha tenido una solución definitiva y ha limitado la producción nacional e internacional del kiwi. De esta manera, “Kiwiphage” se hace cargo de una problemática real de la industria agrícola, logrando una conversación exitosa entre lo que el sector productivo del país necesita y lo que la academia puede brindar en respuesta a ello.
¿Cómo fue el proceso para llegar a Kiwiphage?
Fue un proceso largo, que duró más de cinco años. Partió con una idea sencilla que surgió luego de leer una noticia sobre los problemas que estaba causando la bacteria Psa a la industria del kiwi.
Luego de eso, formamos un equipo con las profesoras Carolina Yáñez y Ximena Besoaín y partimos evaluando los aspectos más sencillos y básicos de la idea con un proyecto interno de la PUCV, esto nos permitió generar resultados preliminares para adjudicarnos fondos externos. En el desarrollo de esta idea tuvimos que aprender muchas cosas porque tuvimos que interactuar con organismos estatales y también con el sector privado, lo que nos permitió entender las distintas necesidades de cada sector.
No fue fácil tampoco, porque parte importante del proyecto se realizó durante el periodo de pandemia, con todas las restricciones que eso implicaba. En este punto fue muy importante la colaboración que establecimos con el sector privado. En todo este tiempo participaron estudiantes de pre y postgrado y también investigadores postdoctorales; entonces, el que hayamos podido llegar a un resultado positivo también es gracias a ellos y al apoyo que nos brindó la Universidad en todo momento.
¿De dónde nace tu interés por emprender?
En realidad, no me considero un emprendedor porque para ser emprendedor hay que hacer mucho más de lo que nosotros hacemos en nuestro grupo de investigación. Me gusta realizar investigación en ciencia básica, pero también me gusta la investigación aplicada que intenta resolver problemas. En este sentido, sí considero importante que cuando uno realiza investigación aplicada, esta no quede solamente en un artículo científico o guardada en un cajón, entonces intento que lo que nosotros hacemos vea la luz, para lo cual es necesario colaborar con el sector privado.
¿Cómo ha sido tu proceso formando parte de los proyectos de Rápida Implementación de Science Up?
En un comienzo no tenía muy claro en qué consistía el proyecto. Sabía que la idea era apoyar a proyectos que estuviesen en etapas avanzadas de desarrollo para que pudiesen transferirse o implementarse, entonces en nuestro caso utilizamos esta oportunidad de apoyo para finalizar algunos últimos detalles del proyecto y, además, para terminar el proceso de solicitud de patente.
Creo que todo eso fue muy importante para que la empresa se decidiera a firmar un convenio de licenciamiento con la Universidad por nuestra tecnología. Muchas veces los objetivos que busca un proyecto de investigación aplicada no son suficientes para que una nueva tecnología pueda implementarse o transferirse definitivamente; entonces, herramientas como las que entrega Science Up son muy bienvenidas.
También formas parte del eje de Vinculación con el Entorno Socioeconómico de Science Up, ¿cuál crees que es la relevancia de la aplicación de estos temas como emprendimiento, transferencia tecnológica, en las universidades del Consorcio?
Creo que Chile y las universidades en general, tienen un enorme potencial para realizar emprendimientos, porque poseen la materia prima más importante que es el intelecto de sus profesores y estudiantes.
En las universidades, constantemente se generan ideas con un alto potencial de innovación, pero no siempre llegan a puerto, entonces considero muy importante que se implementen programas como Science Up, que le entregan herramientas a los estudiantes para que puedan desarrollar sus ideas y emprender.
¿Cómo crees que se podría incentivar el emprendimiento de base científico-tecnológica en estudiantes de pre y postgrado?
Incentivar el emprendimiento de base científico-tecnológica es algo complejo. Creo que es muy difícil despertar el interés en una persona que naturalmente no tiene una inclinación por emprender. Lo que sí ocurre, es que existe muchos estudiantes de pre y postgrado que tienen ideas y ganas de emprender, pero muchas veces no cuentan con las herramientas o el apoyo para poder hacerlo.
Science Up ha implementado una serie de iniciativas que van en ese mismo sentido, por ejemplo, en este semestre recién pasado, junto a la gente de Valparaíso Makerspace, se impartieron una serie de talleres asociados a la innovación y emprendimiento en cursos de pre y postgrado. En estos cursos, las y los estudiantes debieron elaborar propuestas de proyectos originales que tuvieran elementos de innovación y emprendimiento, para lo cual se apoyaron en las herramientas que les fue entregando la gente del Valparaíso Makerspace.
¿Cuál es tu consejo para las y los estudiantes de las facultades de ciencias que quieren emprender?
En realidad, no sé si soy la persona más adecuada para dar un consejo en ese sentido, porque como dije, no me considero realmente un emprendedor. Sí les puedo decir, que si tienen el interés por realizar investigación aplicada o desarrollar proyectos de base científico-tecnológica, que exploten ese entusiasmo, que sean perseverantes y que aprovechen todas las oportunidades que la Universidad les entrega.
El Director Ejecutivo y el Gerente de Calidad del Grupo Cellus, junto al Manager del Portafolio en The Ganesha Lab, fueron parte de “Casos de Éxito en i+e”, un ciclo formativo que buscó potenciar la transferencia tecnológica a través del aseguramiento de la calidad.
La Unidad de Scouting Tecnológico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago, en colaboración con el Consorcio Science Up, impulsó en diciembre el ciclo “Casos de Éxito en i+e”. Esta actividad, fue parte de una serie de charlas formativas, que buscaron concientizar a la comunidad sobre la importancia de los estándares de calidad de sus laboratorios, asociados a la documentación del dossier tecnológico, para lograr la confianza del sector industrial.
El Sr. César Carrasco Yebul, Gestor Tecnológico de la Facultad de Química y Biología, quien también integra el Consorcio Science Up, destacó la importancia del registro de la información experimental durante todas las etapas para los procesos de patentamiento.
“Queremos que, cuando inicien conversaciones para una potencial transferencia tecnológica, sus laboratorios ya estén alineados con las normas. Esto se traduce en que su proceso (patente) sea replicable las veces que sea necesaria, tanto por empresas a nivel nacional como internacional”, expresó el Sr. Carrasco.
De acuerdo a los tres charlistas, es un factor clave para que las patentes realizadas en el entorno universitarios tengan un impacto en los mercados globales, pues son requisitos mínimos exigidos hoy por los actores relevantes para comenzar una relación.
Transitar del laboratorio al mercado
Los encargados de abrir este ciclo fueron los representantes del Grupo Cellus, destacada Empresa de Base Científica y Tecnológica (EBCT) chilena que desarrolla y manufactura productos medicinales para terapias avanzadas. Su objetivo fue concientizar a la comunidad sobre la importancia de estos temas para aumentar la confianza de las industrias en la innovación universitaria.
“Nos interesa apoyar a la Facultad para fomentar un proceso de certificación de alguno de sus laboratorios”, expresó el Dr. Rodrigo Arancibia, CEO y fundador del Grupo Cellus. Un primer paso es esta charla, señaló, cuyo objetivo fue mostrar el valor de un sistema de gestión y aseguramiento de calidad dentro de los desarrollos científicos-tecnológicos “desde etapas tempranas, porque eso permite que la colaboración con empresas como la nuestra proliferen”.
Francisco Pérez, Gerente de Calidad de Cellus y egresado del Magíster de Gestión Tecnológica de la Facultad de Química y Biología, profundizó en estos temas, señalando que “en el ecosistema de innovación nacional hay muchas oportunidades de mejora. Es válido que vayan incorporando estas capacidades en sus laboratorios y en la formación de sus estudiantes, para mejorar la investigación, los desarrollos y cómo comunicar su éxito a la comunidad”.
“Para transferir los resultados de una investigación, se requieren ciertos procesos de calidad. Es bueno tener esa noción para mejorar los procesos”, señaló la académica, Dra. Margarita Montoya. Algo compartido por el Dr. Nicolás Oneto, investigador del Laboratorio de Neurobiología que asistió a la charla, indicó que estos procesos de calidad ayudan a visualizar las proyecciones que se pueda tener en la sociedad.
Estrategias de documentación para potenciar la transferencia
Diego Belmar, Manager de Portafolio en The Ganesha Lab que ha fundado y participado de una serie de emprendimientos exitosos, fue el encargado de la segunda fase de “Casos de Éxito en i+e”. En esta actividad se analizaron las diversas herramientas de documentación, comenzando con el cuaderno de laboratorio, y profundizando luego en el dossier tecnológico.
“Estos son temas que se saben que existen, pero de los que no se hablan porque se dan por sentados. En mi caso en particular, viví el momento en que me lo pidieron. Mi gran motivación es que en el próximo (emprendimiento) no pierda ese año que yo perdí por tener que solucionar todos los problemas relacionados con el cuaderno de laboratorio y dossier tecnológico al enfrentar a una gran multinacional”, destacó Belmar luego de su primera charla.
Resaltó la importancia de ser empáticos con los terceros en la industria a la hora de generar los registros, pues son quienes finalmente deberán interpretarlos. Propuso una estructura de 10 puntos, que incluye la generación de un proyecto de transferencia tecnológica Incluyendo los datos crudos esenciales para replicar el proceso y alcanzar los mismos resultados.
“Esta charla me sirvió para darme cuenta que si bien nosotros tenemos documentado todo, más o menos en los lineamientos que mencionaron, hay errores cotidianos que debemos atender”, señaló la investigadora joven, Aline Alfaro. Asimismo, Uro Ledesma, asistente de investigación del Laboratorio de Bioquímica Vegetal, destacó que “tener claro los estándares de la industria nos ayudará a generar una buena comunicación entre el laboratorio y las empresas, y así detectar oportunidades de negocio”.
Belmar finalizó la instancia motivando a sus asistentes a impulsar en sus espacios de trabajo estos requerimientos, pues cree que son una de las grandes barreras para que la innovación universitaria genere un mayor impacto. “Si no lo tenemos incorporado desde la base del proceso del I+D, es difícil relacionarse con actores relevantes”, reflexionó desde su experiencia, cerrando su charla con la frase “si no está escrito, no existe, recuérdenlo”.
El 14 de diciembre, en el Departamento de Física de la Universidad Católica del Norte, se realizó la última charla del año 2022 del Eje de Liderazgo y Participación Femenina (LPF) UCN del Consorcio Science Up, junto a la Geóloga Millarca Valenzuela y el Biólogo Marino Fernando Valenzuela.
La instancia, llamada “Ciencia y Brecha de Género“, buscó visibilizar la baja participación de mujeres en carreras científicas, y, a su vez, promover revertir esta realidad mediante las experiencias de ambos expositores.
Así mismo, la Coordinadora del Eje LPF de la Universidad Católica del Norte, Valentina Muñoz, introdujo a los más de 20 asistentes a la temática, por medio de la plataforma Mentimeter, donde pudieron interactuar contestando preguntas y reflejando sus respuestas en gráficas, de forma anónima, generando un espacio pedagógico.
Las charlas se centraron en la experiencia de cada relator. Millarca expuso algunos de sus últimos trabajos en terreno, buscando rastros de meteoritos y explicando la clasificación de ellos, entre otros detalles. Del mismo modo, Fernando presentó su más reciente investigación sobre biotecnología marina y los servicios que el ecosistema brinda para llevarla a cabo.
Una vez finalizada las charlas, se dio paso a un conversatorio, donde ambos expositores relataron en conjunto cómo llegaron al mundo de las ciencias, con la particularidad de ser hermanos, su infancia y vivencias, las motivaciones y el camino que fueron forjando en el área científica.
De esta manera, se profundizó en las dificultades de las diferentes experiencias que los expositores percibieron al adentrarse en las ciencias, reflejando la brecha de género que aún existe. Cabe destacar que, de acuerdo a la Radiografía de Género del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI); Chile es el país con la menor cantidad de tituladas en STEM entre los países de la OCDE, así lo afirma CONICYT en su Diagnóstico de Igualdad de Género en Ciencias, Tecnología e Innovación (2017).
En relación a lo anterior, Valentina Muñoz, Coordinadora del Eje LPF aseguró que “la falta de referentes femeninas en el área STEM es una de las principales causas que provoca la existencia de esta brecha de género, es por esto, que se hace tan importante generar instancias en donde todas y todos podamos aprender y concientizar sobre esta problemática”.
Finalmente, durante el coffee break, los asistentes pudieron expresar sus inquietudes de forma más personalizada con los expositores, intercambiar ideas y experiencias, enriqueciendo sus conocimientos y puntos de vista sobre esta realidad.
Las académicas Paula Grez del Instituto de Química, Paulina Schmitt del Instituto de Biología y Helen Gutiérrez de la Escuela de Tecnología Médica, investigadoras pertenecientes al eje de Liderazgo y Participación Femenina de Science Up desde la PUCV, realizaron una charla científica y educativa en el Colegio Nuevo Milenio de Villa Alemana.
Con la presencia de cerca de 60 estudiantes de tercero medio de la institución educativa, las académicas presentaron sus investigaciones, todas ligadas a problemáticas actuales.
Durante la instancia se presentaron las siguientes charlas:
Dra. Paula Grez: “Óxidos de Cobre: Síntesis, caracterización y evaluación de sus propiedades para diferentes aplicaciones”
MSc. Helen Gutiérrez: “Una mirada social al trasplante de córnea”
Dra. Paulina Schmitt “Comprendiendo los mecanismos de defensa inmune de moluscos: en la ruta hacia una acuicultura sustentable”
Sobre la instancia, la Dra. Paula Grez declaró: “fue muy buena oportunidad para dar a conocer el trabajo y desarrollo de las investigadoras y científicas de la PUCV, me parece importante tener este tipo de instancias, ya que se les puede mostrar a las y los jóvenes estudiantes que se puede hacer ciencia”.
A esto agregó: “creo que es importante que conozcan qué es lo que se está haciendo en investigación, para que conozcan que muchas de ellas están relacionadas con problemáticas actuales, además, con instancias como esta damos el mensaje a las y los jóvenes que si les gusta la ciencia, es posible estudiar y desarrollarse en el área que elijan”.
Próximamente el eje de Liderazgo y Participación Femenina de la PUCV seguirá difundiendo su ciclo de charlas de académicas e investigadoras en diferentes colegios de la quinta región. Este ciclo tiene por objetivo fomentar y motivar a estudiantes de enseñanza básica y media en el estudio de las ciencias y visibilizar el trabajo de científicas de la región en las disciplinas STEM.
Desde temas cotidianos, como son la escasez de baño para mujeres, hasta la preocupante baja tasa de denuncias por vergüenza o miedo a las represalias, fueron parte de los temas discutidos en este evento.
El pasado martes 29 de noviembre se realizó el conversatorio “Erradicación de la violencia contra las mujeres en ciencia: ¿Cuánto hemos avanzado?”, evento organizado por el Consorcio Science Up en colaboración con el Círculo de Mujeres en Física y Matemática Usach. La actividad se desarrollóen el Auditorio de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago de Chile, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
El objetivo de este espacio de reflexión fue analizar de qué formas puede gestarse la violencia contra las mujeres en los ambientes científicos, como la universidad. Para esto se mostraron los resultados de diversos estudios, los que derriban mitos como el hecho de que a las mujeres les gusta menos la ciencia, razón por la cual ingresan menos a carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática, por sus iniciales en inglés). También se buscó generar un espacio de conversación, donde las asistentes pudieran expresar sus experiencias.
“Siento que es un tema que no se habla casi nunca. Somos muy pocas las mujeres que entramos a las carreras, somos muy pocas las que estamos participando y es muy evidente la violencia que existe”, destacó la estudiante de bioquímica, Jaqueline Gallardo, quien planteó en la instancia su preocupación por la escasez de bibliografía científica desarrollada por mujeres.
Problemas heredados, planteó la Dra. Carla Hernández Silva, Directora de Vinculación con el Medio de la Facultad de Ciencia, algo que incluso se puede observar en temas tan cotidianos como la escasez de baños destinados a mujeres, como señalaron las estudiantes, o no considerarlas para poder hacer uso de la palabra en actividades propias de la formación en el caso de las funcionarias.
Uno de los aspectos revisados en la instancia fueron los resultados del Diagnóstico de Violencia de Género de la USACH. Este fue presentado por Belén Campos, representante del estamento administrativo en la Comisión Institucional de Género y Diversidad de esta institución. Entre los resultados que develó el documento, uno de los más preocupantes es la baja tasa de denuncias.
“Entre los motivos para no denunciar destacan la minimización o normalización de situaciones de violencia y otros motivos asociados a elementos institucionales. Uno es la desconfianza en la burocracia institucional, otros la vergüenza, la exposición y el miedo a represalias”, señaló la profesional de gestión académica de la Facultad de Química y Biología, Belén Campos.
Intuyendo esta realidad, la encargada del centro de estudiantes de Ingeniería Física, María Paz Gómez, planteó que están avanzando en la generación de espacios seguros, como el diseño de una encuesta anónima “para que nos cuenten si se sienten cómodas en su carrera o nos señalen si tienen problemas con alguna autoridad, funcionaria/o o pares; para que puedan buscar ayuda de ese modo”, destacando que con esta información el centro de estudiantes podrá abordar este tipo de situaciones de manera estructural.
“Fue súper esclarecedor el testimonio de las estudiantes, que hablaban de cosas cotidianas y que de alguna manera una vive como docente día a día, pero que tal vez no nos percatamos. Creo que eso también permite sensibilizar, darse cuenta y en la medida que una se da cuenta de la problemática, puede abordarla”, expresó la Dra Claudia Ortíz, coordinadora del Eje de Liderazgo y Participación Femenina del Consorcio Science Up.
Discutir este tema, específicamente en el área científica, fue algo que rescató la también coordinadora del Círculo de Mujeres en Física y Matemática Usach, Dra. Carla Hernández, señalando que “hay problemáticas que son específicas y propias de la disciplina. Estos espacios nos permiten diagnosticar en profundidad, más allá de las cifras”.
“Buscamos que aumenten la participación de mujeres en ciencia, pero implica el desafío de hacer todas las modificaciones necesarias para construir espacios seguros. Por eso, la erradicación de la violencia hacia las mujeres en ciencia es un aspecto clave”, expresó Adolfo Ocaña, project manager del Consorcio Science Up, quien señaló que se redoblarán esfuerzos para hacer entender que la temática de género atañe a la comunidad en su conjunto.
Science Up en conjunto con el Valparaíso Makerspace están realizando el programa MakerLabs, instancia que consiste en el desarrollo de tres asignaturas de la Facultad de Ciencias PUCV integrando la metodología Maker, centrada en la formación de capacidades de innovación, emprendimiento y el aprender haciendo, poniendo en valor habilidades como el trabajo en equipo, la autonomía, el liderazgo y, sobre todo, la creatividad.
Las asignaturas que se encuentran actualmente en este proceso, y cuya duración comprende todo el segundo semestre, son: Aplicaciones Biológicas de Licenciatura en Biología, Técnicas Experimentales de Licenciatura en Física y Biología Bacteriana Avanzada del Doctorado en Biotecnología.
Dayan Echeverría, Coordinadora General del Valparaíso Makerspace, declaró sobre la instancia: “la idea es que las y los estudiantes vayan aprendiendo mediante la experimentación, siempre respondiendo a un problema y que esté ligado a la formación curricular”.
Sobre la metodología, la coordinadora manifestó: “nuestra metodología se divide en dos partes, primero la creatividad para desarrollar la idea que responde la problemática y en segundo lugar, la parte tecnológica, que tiene que ver con la construcción de prototipos a través de tecnologías que pueden ser de fabricación digital, modelado, impresión 3D y arduino”.
El académico del Instituto de Biología y profesor de uno de los módulos del curso de Aplicaciones Biológicas, Pablo Lizana, se refirió a la metodología maker y el desarrollo de su asignatura: “encuentro que es una muy buena instancia, partiendo por los espacios que promueven la interacción entre ellos, los profesores y que puedan colaborar para encontrar soluciones a las problemáticas que están pensando”.
A esto agregó: “lo recomiendo a más académicas y académicos, ya que da la oportunidad a estudiantes a abrir su campo, a relacionarse con más profesionales, prepararse para el mundo real y también a que podamos ser parte de nuevas instancias y de ocupar más instalaciones que nos proporciona la universidad”.
Por su parte, Antonia Jorquera, estudiante de quinto año de Biología, dijo: “creo que es una gran oportunidad poder desarrollar la creatividad y la innovación en este espacio sobre todo cuando es guiado por gente que trabaja en ello, es muy beneficioso poner en práctica eso y darle distintos enfoques, porque muchas veces se piensa en términos solo monetarios y no social y nos ayudan a darle ese enfoque, a dar soluciones a través de un problema y no soluciones porque si”.
Las diferentes aristas que implican proyectar los resultados de las investigaciones científicas al mercado, fue el tema que se abordó en el cierre de esta instancia académica latinoamericana.
El IV Simposio Latinoamericano de Biocatálisis y Biotransformaciones (IV SiLaByB), desarrollado entre el 8 y el 11 de noviembre de 2022 en la Universidad de Santiago de Chile, destinó su última jornada a la innovación, instancia en la cual se desarrollaron ponencias de innovaciones transferidas exitosamente al mercado, la charla del ex Ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Dr. Andrés Couve; y un panel de conversación en el cual participaron el Centro de Innovación Usach, Ingeniería 2030 y el Consorcio Science Up.
“Nos dicen que es mucho esfuerzo patentar o encontrar una empresa para desarrollar proyectos en conjunto. Efectivamente, pero hay muchos caminos. Tenemos que crear puntos que alivien estas barreras de energía para que el investigador pueda llevar más allá sus proyectos aplicados, para que incluso, con su equipo, puedan generar una startup o spin-off”, rescató en la instancia el Vicedecano de la Facultad de Química y Biología, y representante del Consorcio Science Up, Dr. Alexis Aspée.
Lo anterior, también fue compartido por el Dr. Andrés Couve, quien desde su análisis de las brechas en Chile, señaló que el escenario de la innovación no es tan alentador, por lo que es un área donde la comunidad científica puede hacer un gran aporte.
La académica de la Facultad de Química y Biología, Dra. Jenny Blamey, también fue parte de esta jornada, en la cual presentó a la Fundación Biociencia y Swissaustral, entidades de las cuales es la Directora Científica. Al finalizar su presentación, invitó a los jóvenes a sumarse a la innovación, destacando que “la naturaleza es una increíble fuente de innovación industrial que necesita ser investigada”.