La académica del Eje de Liderazgo y Participación Femenina del Consorcio Science Up y Doctora en Agricultura Genética de la Universidad de Tohoku, Japón, recuerda que desde sus años escolares siempre estuvo interesada en la biología, y así siguió su camino hasta ser una de las 10 estudiantes mujeres de su generación en la carrera de Licenciatura en Biología en la Universidad de Chile, graduándose en 1982. En el mismo año ganó una beca para cursar estudios de magíster en Genética en la North Carolina State University, Raleigh, EEUU. Una vez de vuelta en Chile, se desempeñó como encargada de la reserva “Las Chinchillas” en Aucó, Illapel, para el área de vida silvestre de CONAF.
Unos años más tarde, en 1985 se incorporaría como académica del Departamento de Biología Marina de la Universidad Católica del Norte en Coquimbo, donde se ha desempeñado ininterrumpidamente hasta la actualidad, llegando incluso a ser la primera Decana de la Facultad de Ciencias del Mar entre los años 2005 y 2007.
Sin embargo, es notable el hecho de que existen pocas referentes femeninas en el mundo de las ciencias, debido a la brecha de género, y que perpetúa en la actualidad.
¿Cómo fue para ti estudiar y ejercer en un rubro donde las mujeres tienen baja participación, y en ocasiones, no son valorizadas?
Siempre fui estimulada por mis padres a estudiar lo que me gustaba y la biología era mi fascinación desde el colegio, por lo que, nunca me pusieron límites para estudiar.
Cuando ingresé como estudiante a la universidad éramos 10 mujeres y 40 hombres, sin embargo, no sentí trato diferencial durante esos años, incluso cuando gané unas becas de postgrado, jamás me cuestioné contra quiénes estaba compitiendo. La única vez que tuve la sensación de ser discriminada por ser mujer, fue cuando hice mi doctorado en Japón.
¿Qué te motivó a tomar un rol de líder en el área STEM cuando asumiste como primera decana de la Facultad de Ciencias del Mar entre el 2005 y 2007?
El gran desafío de asumir como primera decana mujer en la Facultad de Ciencias del Mar fue grande, pero antes de llegar a este cargo fui Jefa de Carrera, Directora del Programa de Magíster en Ciencias del Mar y Presidenta de la Asociación Gremial de Académicos. Esto me ayudó a asumir este desafío. Fue difícil enfrentarme a los colegas del consejo superior, que eran todos hombres, y que al comienzo me veían un poco como una rareza, porque no solo era mujer, también tenía un doctorado. Pese a eso, de a poco me fueron incluyendo. Posteriormente, se sumaron dos decanas más, una de la Facultad de Ciencias y una de la Facultad de Humanidades.
¿Cuáles fueron los principales desafíos a los que te enfrentaste cuando asumiste como primera decana de la Facultad de Ciencias del Mar?
Enfrentar prejuicios, ya que se espera que seamos Jefas de Carrera, pero no autoridades superiores. Sin embargo, la parte más compleja fue conciliar la vida familiar con el cargo, ya que tenía un bebé, y muchas de las actividades de representación, de las que debía participar, eran después del horario de trabajo. Además, mi esposo estaba haciendo su Doctorado en USA y tuve que buscar soluciones creativas ante esta situación. Uno de los logros diferenciadores de mi decanatura es que nombré mujeres en los cargos de confianza, como a la Dra. Karin Lohrmann, como Secretaria Docente y a la profesora Gloria Martínez, como Secretaria de Investigación.
Al asumir como primera decana de la Facultad de Ciencias del Mar se marca un hito y precedente histórico, siendo así un referente para futuras generaciones de científicas. ¿Cuál es la huella que quieres dejar con tu legado?
Como mujeres somos capaces de desempeñar todo tipo de cargos, tenemos liderazgos diferentes, probablemente más inclusivos, y esta huella ya marcada es la que abrió el camino a que 15 años después de este hito tenemos una segunda Decana mujer de la Facultad de Ciencias del Mar, y que es una exalumna de la carrera de Biología Marina.
Por último, ¿cuáles son los desafíos y proyecciones que tienes por delante como persona y profesional?
Llevo 38 años en la UCN, he recorrido un largo camino, pero es fascinante encontrar desafíos en este mundo cambiante. Ahora, me he estado dedicando a entregar mis experiencias a niñas y mujeres que están iniciando su camino en el área de las ciencias.
Me gusta hacer clases y estoy involucrada en la investigación de Sistemas de Producción Biointegrados; que pueden ser una buena alternativa en vista al cambio climático y la enorme escasez hídrica. Por otra parte, soy la presidenta del Comité de Ética Científica de la UCN de Coquimbo desde 2016, por lo que mis formaciones hoy en dia van en la línea de la Bioética, además, participo con entusiasmo del proyecto Science UP, del cual soy parte del eje de LPF desde 2020.
Finalmente, mi interés por abrir el camino a mujeres, que tal vez no han tenido el apoyo familiar que tuve yo, y oportunidades de formación, nació temprano en mi desempeño como docente de la UCN. Desde 2004 he participado en diversas reuniones de la APEC de mujeres. En 2005 fui socia fundadora de la Asociación de Mujeres Líderes A.G, integrada por profesionales y emprendedoras de La Serena y Coquimbo. En 2010 me adjudiqué un proyecto Explora “Mujeres en Ciencia de la Macrozona Norte” donde durante la jornada hubo invitadas de varias áreas científicas que dieron charlas e interactuaron con estudiantes de colegios y universidades regionales.