Universidad católica de Valparaíso Universidad de Santiago Universidad Católica del Norte
Corfo Gobierno de Chile
menu close
X

COLUMNA DE OPINIÓN

Esta dinámica nos invita a cuestionarnos el cómo se están realizando las clases, cómo se está evaluando y cómo podemos darnos cuenta que los estudiantes, en clases virtuales, estén logrando los aprendizajes esperados.

Por Astrid Morales Soto, Jefa de Carrera Pedagogía en Matemáticas, Instituto de Matemáticas PUCV.

El año 2020 iniciamos un camino de reflexión, de crecimiento muy interesante. La pandemia ha afectado en todos los ámbitos, quizás de manera más evidente en el área de Salud y de la Enseñanza. Quisiera compartir una reflexión de lo que he visto en el ámbito de la enseñanza y aprendizaje de la matemática, como jefa de carrera de pedagogía en Matemáticas de la PUCV. No cabe duda de que la enseñanza y el aprendizaje de la matemática han sufrido transformaciones importantes y necesarias en el momento que estamos viviendo por la pandemia.

Hoy en día, tanto los profesores como los estudiantes han sido afectados por este cambio de escenario y en cómo usualmente llevan a cabo las clases y la dinámica de enseñanza en general. Sin duda que el rol de la tecnología ha sido de vital importancia, no solo para ser aplicada en algunos problemas o temas específicos a tratar en clases, sino que se expande a pensar que los estudiantes cuenten con acceso a internet, tengan algún dispositivo (tablet, celular notebook, etc.) para participar de clases, realizar evaluaciones, trabajar en grupos, etc. 

Esta dinámica nos invita a cuestionarnos el cómo se están realizando las clases, cómo se está evaluando y cómo podemos darnos cuenta que los estudiantes, en clases virtuales, estén logrando los aprendizajes esperados. Preguntarnos qué es lo fundamental que el estudiante debe aprender en las asignaturas que cursa; en la enseñanza de la matemática, hacer énfasis en los procedimientos quizás no es el camino más adecuado, debemos buscar estraretagias para que nuestros estudiantes se reencanten con lo que es hacer matemática.

En otro ámbito, nos preguntamos cómo se logra que los estudiantes tengan identidad en la institución en que estudian si no conocen el lugar, no han podido conocer del todo a sus compañeros y profesores. Se ha disminuido el trabajo en grupo y aumentado el trabajo individual; en sí, ello no es negativo, pero se requiere de cierta madurez para salir adelante. 

Todos estos elementos que comparto, pueden ser conocidos para muchos, sin embargo, debemos enfrentar estos cambios no de manera aislada, conversar con colegas, con estudiantes y buscar estrategias para apoyarnos y analizar qué es lo que debemos hacer en pro de construir conocimiento.

Lee la nota original AQUÍ

Gestión avanzada de Residuos y Energía Renovables, Economía circular, Inteligencia Artificial, Enfermedades Crónicas y Data Science son sólo algunos temas que abordarán los 20 grupos generados por académicos de la casa de estudios, que buscan aportar con tecnologías para resolver temas contingentes del país y la sociedad actual.

Hacer I+D focalizada en áreas de alto impacto es el objetivo de la nueva iniciativa instaurada por la Universidad Católica del Norte: los denominados “Núcleos de investigación” que agrupan a académicos dedicados a líneas investigativas relacionadas con industrias, temáticas y problemáticas regionales, nacionales y del mundo.

Esta nueva forma de propiciar la investigación aplicada busca concentrar las capacidades de investigadores para generar nuevo conocimiento que pueda ser aplicado, la que actualmente cuenta con un total de 20 grupos dedicados a distintas áreas. Se trata de equipos confirmados por al menos tres investigadores o investigadoras; que dependiendo de su grado de madurez tecnológica pueden ser categorizados como emergentes o consolidados.

Según indica el vicerrector de Investigación y Desarrollo Tecnológico, Rodrigo Sfeir, “lo que logró esta iniciativa es vincular a académicos de distintas unidades, dándole un sentido multidisciplinario. De este modo, los problemas que ellos decidan investigar tendrán una mirada más amplia y, a partir de aquí, podremos ir generando las condiciones para que estos núcleos se vayan consolidando. Si uno los mira de manera más ambiciosa, lo que esperaríamos es que incluso se convirtieran a futuro en centros de investigación”.

Los primeros 20 núcleos de investigación 

Las áreas que abordan y/o los nombres que poseen estos grupos son las siguientes: Economía circular aplicada a industrias en zonas áridas, Industria 4.0, Inteligencia artificial y Data Science, Modelación y Simulación Científica (NMSC), Gestión avanzada de Residuos y Energías Renovables, Desarrollos Tecnológicos para la Gestión de Residuos Mineros, Núcleo Tratamientos Hidrometalúrgicos, Núcleo Materiales Funcionales, Núcleo interdisciplinar para la obtención y gestión de conocimiento de procesos naturales e industriales, Núcleo FIGEMA-Tec, Núcleo interdisciplinario de Innovación Social, Emprendimiento y alternativas de financiamiento, Núcleo de Investigación en Riesgo volcánico (CKELAR), Núcleo NiPTEC, Núcleo Cáncer, Núcleo Estudios sobre Trabajo, Género y Minería en el Desierto de Atacama, Sistemas Complejos en Ciencias e Ingeniería, Teoría de grafos, matrices y aplicaciones, Investigación Interdisciplinaria para el Control Sanitario en Acuicultura (IICSA), y Cooper and Pediments (COPEDIM).

Respecto de la formación de los núcleos, Moira Negrete, académica del Departamento de Gestión de la Construcción que integra el equipo de “Economía Circular aplicada a industrias en zonas áridas”, explica que en su caso, la formación de este grupo surgió desde su participación junto al académico Sebastián Herrera del Depto. de Ingeniería Química en la elaboración de la propuesta del Centro de Economía Circular de la Macrozona Norte de CORFO. “De este trabajo previo se logró identificar necesidades y oportunidades en esta temática, que aún no estaban abordadas de manera adecuada desde la academia. Es así como iniciamos las conversaciones con otros/as académicos/as de distintas unidades para conformar el núcleo”. 

La investigadora agrega que “el núcleo de Economía Circular ha definido un plan de trabajo 2020-2021 que tiene como objetivo general diseñar y evaluar soluciones de manera interdisciplinaria a problemas de la industria del agua y la construcción a nivel nacional y regional desde un enfoque de la economía circular”. Añade que a la fecha ya han concretado “acuerdos de colaboración en investigación con otras instituciones académicas e industriales, publicaciones científicas relacionadas al análisis de la situación actual de la industria del agua y la construcción a nivel internacional y nacional, la potencial protección de una tecnología con un TRL 3 (“Technology Readiness Level”: nivel de desarrollo)  asociada a un proyecto FONDEF y la formulación y desarrollo de proyectos de investigación e innovación para solucionar problemáticas actuales sobre el alcance del núcleo”.

Por otra parte, Rodrigo Poblete, investigador de la UCN que lidera el Núcleo Gestión avanzada de Residuos y Energías Renovables”, indica que su principal objetivo y el de los y las profesionales que se congregaron en dicho grupo es aprovechar el interés y conocimientos comunes para “la postulación de proyectos a fondos concursables, publicación en revistas WoS Q1 y Q2, participación en congresos, patentamiento, fortalecer la vinculación con empresas y sector público e integración de los alumnos de pregrado y postgrado en el proceso”; lo que aumentaría la competitividad de la casa de estudios en estas temáticas. 

¿Cómo se puede crear un nuevo núcleo?

Esta iniciativa busca que el equipo de académicos de la casa de estudios pueda ir armando nuevos grupos, en la medida de que se vayan detectando nuevas áreas que cumplan con un objetivo primordial: ser contingentes y requerir la solución u optimización de problemáticas. Asimismo, los investigadores e investigadoras que deseen conformar un nuevo núcleo podrán hacerlo durante todo el año, ya que se trata de una política de ventanilla abierta.

Procedimiento de oficialización de los Núcleos de Investigación:

1. Postulación, bajo formato prediseñado (formulario – descargar aquí), la que se envía a la Dirección de Investigación y Análisis de la Producción Científica (DIAPC) o a la Dirección de Innovación y Transferencia Tecnológica.

-Dirección de Investigación y Análisis de la Producción Científica: direc.investigacion@ucn.cl.

-Dirección de innovación y Transferencia Tecnológica:  innovacion.vridt@ucn.cl.

2. Evaluación VRIDT de la Postulación (profesionales DITT y DIAPC apoyan en la revisión).

3. Observaciones del Consejo Consultivo.

4. Resolución de la VRIDT (que aprueba o rechaza la formalización de los núcleos).

5. Oficialización de Secretaría General.

6. La vigencia de los núcleos se revisará cada dos años en base a indicadores de impacto y resultados propuestos.

Revisa la nota original UCN AQUÍ.

Con el propósito de potenciar capacidades de innovación, emprendimiento y transferencia tecnológica en las facultades de ciencias, la Universidad de Santiago de Chile (USACH) abre los concursos laborales para sumarse al Consorcio Science Up en su casa de estudios, enmarcado en el Proyecto Ciencia e Innovación para el 2030.

Revisa las siguientes convocatorias. Al descargar las bases, encontrarás los perfiles, requisitos y protocolos de postulación de cada una de ellas:

La doctora en astrofísica, profesora de la PUCV y coordinadora del eje de Liderazgo y Participación Femenina de Science Up, es la tercera mujer en asumir como presidenta de la SOCHIAS y su objetivo principal será transformar la Astronomía en una ciencia más inclusiva.

Cuando María Argudo-Fernández era niña, reunía noticias y recortes sobre Astronomía, visitaba bibliotecas y coleccionaba libros que la acercaran a esta disciplina. “Es un camino que comienza cuando era muy pequeña, ya que no recuerdo un momento de mi vida en el que no haya tenido interés por la Astronomía. En ese entonces no había Internet, así que me gustaba mirar el cielo, saber y conocer todo lo que me rodeaba”, explica la doctora en Astrofísica y académica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quien hace poco asumió como presidenta de la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS).

Realizó sus estudios de pregrado en la Universidad de La Laguna en las Islas Canarias, España. Luego, completó un magíster y doctorado en el Instituto de Física de la Universidad de Granada para, posteriormente, hacer su primer postdoctorado en el Observatorio Astronómico de Shanghai, China. Hoy, vive en Valparaíso y es profesora del Instituto de Física de la PUCV, desde donde asume este nuevo cargo en la SOCHIAS. 

Mientras tanto, también forma parte del equipo coordinador del eje de Liderazgo y Participación Femenina del Consorcio Science Up, junto a la Universidad de Santiago de Chile (USACH) y la Universidad Católica del Norte  (UCN).

¿Cuál ha sido tu experiencia como mujer en el mundo de la Astronomía?

—Mi experiencia no ha sido particularmente mala, ya que depende mucho del grupo de investigación con el que trabajas. Sin embargo, una de las cosas que debes tener en cuenta a la hora de firmar artículos, es indicar solo tu apellido, ya que tienden a existir sesgos inconscientes en las postulaciones y, en ocasiones, te evalúan de forma diferente si saben que eres mujer. De hecho, está comprobado que los artículos hechos por mujeres se citan menos, por ello, desde el inicio, una adopta esta técnica de usar solo el apellido y no el nombre propio.

Actualmente, la Astronomía a nivel internacional se ha dado cuenta de que existen estos sesgos inconscientes, por lo que ya se está aplicando un método de evaluación completamente anónimo: tienes que escribir de forma que no se sepa quién es el o la autora. De esta manera, vemos cómo la balanza se va equilibrando y empezamos todos a competir en la mismas condiciones.

¿Y cuál es la situación de Chile en torno a ese sistema?

—En Chile vamos un poquito más atrás. Recién se empezó a evaluar de esta forma en el Concurso de Iniciación de Investigación de Fondecyt del año pasado, por lo que los cambios y el impacto de esta medida los veremos reflejados recién durante los próximos años. 

Has mencionado anteriormente que uno de tus principales sellos como presidenta de la Sociedad Chilena de Astronomía será avanzar hacia una Astronomía más inclusiva, ¿a qué apunta específicamente ese objetivo?

—Cuando hablo de astronomía inclusiva me refiero a lograr que sea accesible en todos los niveles, tanto en la educación, la difusión y el ámbito profesional, es decir, que se trabaje, explique y presente siguiendo un modelo universal donde todos y todas pueden entenderlo. Hay una necesidad de que los grupos de investigación sean más diversos, ya que, de esta forma, se vuelven más productivos. 

Además, sabemos que los astrónomos profesionales necesitamos la ayuda de instrumentos, como los telescopios, para observar el cielo. Y, de esa misma forma, hay personas que necesitan un poquito de ayuda extra para lograrlo. En ese sentido, y como la Astronomía es una ciencia tan intensa visualmente, es un lindo desafío llegar hasta personas que no pueden ver para explicarles qué objetos hay en el cielo, cómo los estudiamos e incluso motivarlos a que formen parte, en el futuro, de esos equipos de investigación y así no se vean limitados por una discapacidad física.

El propósito principal del Consorcio Science Up es impulsar capacidades de innovación, emprendimiento y transferencia tecnológica, ¿cómo podemos vincularlo con la Astronomía?

—Es importante dejar claro que la astronomía no solo se relaciona con la persona que está mirando el cielo con un telescopio, sino que existen una serie de áreas igual de relevantes. Por ejemplo, está la persona que diseña un telescopio, quien lo opera, quien analiza los datos, quien desarrolla las herramientas para analizarlos o incluso quien se encarga de cómo van a almacenarlos y difundirlos. Todos ellos están haciendo astronomía. Esto quiere decir que es una ciencia con un gran componente multidisciplinario. Uno tiende a pensar que los astrónomos solo analizan datos, pero muchas veces es necesario crear herramientas y allí entra en juego la importancia de la innovación, el emprendimiento y la transferencia tecnológica que impulsa Science Up. 

Otro de los objetivos de Science Up es potenciar la participación y el liderazgo femenino en las facultades de ciencias, ¿qué te parece este propósito y cómo lo relacionas con tu rol en SOCHIAS?

—Muchas de las iniciativas que queremos hacer en la SOCHIAS están muy ligadas con la participación y el liderazgo femenino que se busca impulsar desde el Consorcio Science Up. Incluso, la mayoría de estos proyectos son encabezados por astrónomas. Esto quiere decir que las ideas del futuro, los cambios que queremos ver, ya están siendo liderados por mujeres. Nosotras en SOCHIAS tenemos una iniciativa llamada Ella es una Astrónoma, cuyo objetivo es dar visibilidad a todas las chilenas que se dedican a la Astronomía. Tenemos un sitio web, donde publicamos noticias y entrevistas, un espacio en el que cada una de ellas expresa su opinión.

Por lo mismo, creo que es muy necesario y gratificante que existan iniciativas como Science Up que van en la misma línea, ya que permiten seguir trabajando en conjunto para avanzar hacia una ciencia mucho más inclusiva y abierta desde todos los niveles. 

¿Qué consejo le darías a las jóvenes científicas que recién están partiendo o que aún no se deciden a estudiar una carrera científica?

—Les diría que sean conscientes de que pueden hacerlo, que cuentan con las mismas herramientas que los hombres, por lo que es importante mantener la confianza y seguir adelante. A veces, pueden surgir dudas, todos tenemos inseguridades o miedos en algún momento, pero lo relevante es aprender a superarlos. Mi único consejo es que si tienen proyectos o visiones, que los persigan.

Foto: La Tercera

Además de definir un modelo de trabajo en conjunto, los participantes hicieron énfasis en los desafíos de la vinculación entre la academia, el sector productivo y la sociedad, y de qué forma el Consorcio puede potenciar esta arista desde sus facultades de ciencias.  

Con la participación de académicas y académicos de las universidades que conforman el Consorcio Science Up, el pasado miércoles 23 de junio se realizó la reunión de coordinación del eje de Vinculación con el Entorno Socioeconómico, cuyo objetivo es articular las capacidades de investigación y desarrollo científico-tecnológico existentes al interior de las facultades de ciencias, con la sociedad y el sector productivo. 

Durante la reunión se estandarizaron criterios de trabajo y se definieron modelos de operación para llevar a cabo actividades sistemáticas que aporten en el desarrollo de este eje, que está enmarcado en la segunda fase de implementación del Plan de desarrollo estratégico del Programa Ciencia e Innovación para el 2030, donde se trabajará para impulsar capacidades de innovación, emprendimiento y transferencia tecnológica en las facultades de ciencias.

“Este es un eje que se llevará a cabo de manera colaborativa y en co-construcción, ya que es muy importante cómo nos vinculamos desde la academia con el ecosistema de emprendimiento e innovación para contribuir, a través del desarrollo científico-tecnológico, con las problemáticas y los desafíos de la sociedad y el sector productivo”, explicó Etienne Choupay, director de Incubación y Negocios de la PUCV y director ejecutivo de Science Up.

En esa línea, Fadia Tala, académica de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Católica del Norte (UCN), destacó la importancia de involucrar a toda la comunidad académica: “es primordial vincular a cada uno de los actores. Así como hacemos el trabajo de difundirlo entre los docentes, también tenemos que hacerlo con los estudiantes, ya que muchas veces son ellos quienes tienen ideas nuevas y entusiasmo para iniciar emprendimientos”.

Por su parte, Felipe Herrera, académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), hizo énfasis en el desafío de vincularse con el sector privado, asegurando que “conectarse con las empresas es una deuda que tenemos como país, hay una enorme brecha en ese ámbito, ya que el sector privado tiende a ser reservado respecto a sus dificultades externas que, muchas veces, desde la ciencia pueden ser resueltas rápidamente. Por lo mismo, es bueno realizar un mapeo para romper esta asimetría”.

Jorge Olivares, académico del Instituto de Biología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), coincidió con esta postura y agregó que, desde su punto de vista, “existe una pérdida de confianza desde las empresas hacia la academia y ese es nuestro desafío: recuperar esa confianza, por lo que debemos tener un lenguaje común, trabajar en convenio y aprender a comunicarnos para llevarle soluciones al sector privado”.

De esta manera, el equipo decidió reunirse periódicamente a modo de continuar trabajando para definir mecanismos de coordinación interna que fortalezcan la transferencia tecnológica y el emprendimiento, habilitar espacios para la innovación, reforzar las capacidades de I+D+i, visibilizar el trabajo del Consorcio con los stakeholders y, en definitiva, vincular a las facultades de ciencias con los distintos actores del entorno socioeconómico.

El propósito del eje es diseñar e implementar modificaciones en las mallas curriculares y extracurriculares —programas de pre y postgrado— en las facultades de ciencias del Consorcio para impulsar el espíritu emprendedor e innovador de las y los estudiantes.

Con el objetivo de articularse y estandarizar criterios de trabajo, el pasado jueves 24 de junio se realizó, de manera virtual, la reunión de coordinación del eje de Armonización Curricular, cuyo objetivo es diseñar e implementar modificaciones en las mallas curriculares y extracurriculares en programas de pre y postrado en las facultades de ciencias del Consorcio Science Up, con foco en el desarrollo de competencias de emprendimiento e innovación.

En la instancia participaron representantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Universidad de Santiago de Chile (USACH) y Universidad Católica del Norte (UCN), quienes conversaron respecto a las principales líneas de trabajo y levantamiento de información que permitirán avanzar en esta área. 

Es importante recordar que, durante la segunda fase de implementación del Plan de desarrollo estratégico —2021 a 2026—  el Consorcio Science Up trabajará para impulsar capacidades de innovación, emprendimiento y transferencia tecnológica en las facultades de ciencias para el desarrollo del país, y la armonización curricular será uno de los ejes fundamentales para alcanzar dicha meta. 

En esa línea, Galina García, vicedecana de docencia de la Facultad de Ciencia de la USACH, destacó el propósito de estas reuniones: “esta mesa de trabajo, donde participan los coordinadores de cada universidad, tiene como objetivo organizar el trabajo conjunto en este eje para diseñar e implementar cambios curriculares y extracurriculares con foco en el desarrollo de competencias en I+D+i y emprendimiento de base científico-tecnológico”.

Del mismo modo, el doctor Rodrigo Castillo, profesor asociado y director del magíster en Ciencias con mención en Química de la UCN, agregó que “la importancia de esta reunión está en que fijamos lineamientos generales y establecimos mecanismos de trabajo que se adecúen a las 3 universidades, de tal manera, de que los productos obtenidos sean comparables entre sí al momento de analizar la información recolectada”.

Finalmente, Fabián Avilés, miembro del comité ejecutivo de Science Up y representante de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados de la PUCV,  sostuvo que “se trabajará en torno a cuatro estrategias: la incorporación de competencias de innovación y emprendimiento basados en ciencia, el desarrollo de nuevas metodologías pedagógicas, la implementación de un nuevo modelo de trabajo consorciado con foco en la armonización curricular y, finalmente, la promoción de la colaboración nacional e internacional para el desarrollo de los estudiantes de ciencia”.

De esta forma, las y los coordinadores del eje continuarán trabajando en conjunto para fomentar el espíritu emprendedor e innovador de los estudiantes de las facultades de ciencias de las universidades participantes, promover la transferencia tecnológica y modernizar el proceso de enseñanza, entre otras iniciativas. 

El objetivo de esta mesa de trabajo es coordinar y estandarizar criterios para implementar estrategias que incentiven la participación femenina en la comunidad universitaria y en proyectos de investigación al interior de las facultades de ciencias. 

El pasado jueves 17 de junio se realizó, de manera virtual, la reunión de coordinación del eje de Liderazgo y Participación Femenina del Consorcio Science Up, cuyo objetivo es aumentar la participación y el liderazgo de las mujeres en docencia, proyectos de investigación, transferencia tecnológica, innovación y emprendimiento de base científico-tecnológica, al interior de las facultades de ciencias. 

En la instancia participaron académicas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Universidad de Santiago de Chile (USACH) y Universidad Católica del Norte (UCN), quienes estandarizaron criterios de trabajo para, posteriormente y de forma coordinada, implementar las estrategias que permitirán avanzar en esta área.

Cabe mencionar que, durante la segunda fase de implementación del Plan de desarrollo estratégico —2021 a 2026—  el Consorcio Science Up trabajará para impulsar capacidades de innovación, emprendimiento y transferencia tecnológica en las facultades de ciencias para el desarrollo del país y, en esa línea, el liderazgo y la participación femenina será un eje transversal a los otros objetivos del proyecto.

Así lo confirma Paulina Schmitt, doctora en Microbiología y Parasitología, y académica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quien asegura que esta mesa de trabajo “busca visibilizar la problemática de la desigualdad de género en ciencias y aunar esfuerzos para promover políticas que la disminuyan”.

Asimismo, la doctora Claudia Ortiz, profesora asociada del Departamento de Biología de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), explica que “esta mesa de trabajo contribuirá a acortar la gran brecha en nuestro país, a través de acciones concretas y verificables”. Además, sostiene que “las empresas que incorporan políticas sistemáticas de diversidad de género tienen más probabilidades de tener rendimientos financieros más altos que el promedio del sector”.

Por su parte, Elisabeth von Brand, directora del Departamento de Biología Marina de la Universidad Católica del Norte agregó que considera “muy importante participar activamente en esta mesa de trabajo para aportar con mi experiencia no sólo como académica sino también como una de las integrantes que formamos la asociación de mujeres líderes de la región de Coquimbo. Tengo la oportunidad también de traspasar mis experiencias como representante de Chile en varias reuniones de la APEC de mujeres”.

Además, se refirió a la importancia del Consorcio: “el camino para llegar a desarrollarme como académica multifacética siendo mujer ha sido largo, y espero que a través de este proyecto podamos facilitar el camino de jóvenes a desarrollar todo su potencial y ser consideradas como pares por sus contrapartes masculinas. La meta final es lograr un desarrollo armonioso en el camino de estudios y futuro desempeño profesional de las jóvenes”.

De esta manera, las participantes de la mesa de trabajo acordaron reunirse periódicamente para continuar la implementación de las estrategias del Consorcio y trabajar, de forma interna en las facultades de cada universidad, a modo de incentivar la participación femenina en la comunidad universitaria y en proyectos de I+D+i+e+tt, incorporar un enfoque de género en docencia, promover la participación femenina en carreras de áreas STEM, vincular a mujeres líderes del entorno socioeconómico con el Consorcio y visibilizar el trabajo de académicas e investigadoras de Science Up con los diferentes stakeholders, entre otras iniciativas.

La actividad virtual tuvo como objetivo informar sobre la segunda etapa del Consorcio Science Up, en la que se implementará el plan estratégico diseñado en el primer período, que permitirá a las facultades de ciencias transitar a un desarrollo más conectadas con la sociedad y el sector productivo.

Con una alta audiencia y la participación de representantes de las tres universidades, el pasado jueves 27 de mayo se realizó el lanzamiento virtual de la segunda etapa de Science Up, consorcio integrado por las facultades de ciencias de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Universidad de Santiago de Chile (USACH) y Universidad Católica del Norte (UCN). 

La actividad, que cuenta con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) y la Corporación de Fomento y la Producción (CORFO), en el marco del Programa Ciencia e Innovación para el 2030, tuvo como objetivo informar sobre la segunda etapa del Consorcio —2021 a 2026—, en la que se implementará el plan estratégico diseñado en el primer período —2018 a 2020—, que permitirá a las facultades de ciencias transitar a un desarrollo más conectadas con la sociedad y el sector productivo.

La instancia fue moderada por el director ejecutivo de Science Up y director de Incubación y Negocios de la PUCV, Etienne Choupay, quien ratificó “el gran compromiso de seguir trabajando en forma conjunta por los próximos seis años en la formación de estudiantes, enfocándonos en cómo podemos contribuir para fomentar capacidades de innovación de vanguardia, investigación aplicada, desarrollo tecnológico, y de qué manera pueden emprender a partir de resultados de investigación”.

El encuentro también contó con la participación de los rectores de las tres universidades. En esa línea, Rodrigo Alda, rector de la Universidad Católica del Norte (UCN), hizo hincapié en el enfoque regional del Consorcio, además de asegurar que “es una iniciativa muy potente para el desarrollo de los territorios y el país. Tenemos que vincularnos con el sector público y privado de manera tal que efectivamente se pueda generar mayor valor desde la ciencia aplicada”. 

En esa misma línea, Juan Manuel Zolezzi, rector de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), aseguró que “este proyecto busca avanzar en la modernización de las instituciones, lo que se traduce en nuevos recursos humanos, en específico postdoctorados o académicos y académicas con experiencia en la industria, adecuación de espacios físicos para fomentar la creatividad e innovación de nuestros estudiantes”. 

Del mismo modo, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, manifestó su satisfacción de representar a la institución en Science Up asegurando que “son universidades que tienen rasgos comunes en términos de su excelencia académica, sus niveles de investigación y su fuerte compromiso social y de vinculación con la sociedad y los territorios, tanto en las regiones de Valparaíso, Coquimbo, Atacama y Metropolitana. Por lo que este Consorcio va a permitir generar sinergias entre cada una de nuestras casas de estudio”. 

En el encuentro también participó Aisén Etcheverry, directora de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), quien felicitó al Consorcio “por el foco especial que han puesto en el liderazgo de mujeres, ya que la participación de mujeres es clave si queremos una mejor ciencia y una ciencia más justa”.

Finalmente, desde Reino Unido se sumó la decano asociada de la Facultad de Ingeniería y profesora de pedagogía de la innovación y el emprendimiento de la Universidad de Bristol, Kirsten Cater, quien se refirió a su labor como miembro del Consejo Consultivo Internacional de Science Up. “Ante la actual pandemia mundial, se ha destacado la gran importancia y alcance de un proyecto como este. Tengo plena confianza en que este Consorcio podrá cumplir con esta nueva y emocionante estrategia y abordar las demandas críticas para el futuro desarrollo del país”, puntualizó la académica.

De esta forma, las tres universidades que componen Science Up, todas con una fuerte vocación social y regional, continuarán trabajando por los próximos seis años para formar estudiantes altamente competentes en la formación disciplinar de las ciencias con capacidades para desarrollar investigación aplicada, transferencia y desarrollo tecnológico, innovación de vanguardia y emprendimientos de base científica tecnológica.

Si quieres revivir el evento de lanzamiento puedes verlo AQUÍ.

COLUMNA DE OPINIÓN

“Una lección para los que nos dedicamos a la docencia e investigación, es que si dedicamos parte de nuestro tiempo en fomentar la formación e investigación interdisciplinaria y vinculada con la sociedad podemos impactar positivamente en la ciudadanía”.

Por Felipe Elorrieta, doctor en Estadísticas, profesor asistente en Departamento de Matemáticas de la Universidad de Santiago de Chile.

A un año y medio del inicio de la pandemia de Covid-19 en el mundo, hemos podido ver cómo académicos e investigadores de las más diversas disciplinas se han puesto al servicio del análisis y la comunicación de riesgo sobre el impacto y los efectos del Covid-19.

Sin ir más lejos, aquí en Chile, algunos centros de estudios interdisciplinarios como Espacio Público han participado activamente en la discusión del impacto del Covid-19. De igual manera, otras iniciativas interdisciplinarias han nacido durante esta pandemia. Algunos ejemplos notables son el grupo ICOVID -grupo de académicos con formación en salud pública, epidemiología, matemáticas, estadística e ingeniería y comunicaciones de la Universidad de Chile, Universidad Católica y Universidad de Concepción– o, en menor escala, el Grupo Epidemiológico Matemático de la Universidad de Santiago de Chile, en el que he tenido la oportunidad de colaborar junto a otros académicos y alumnos relacionados a la estadística, medicina, ingeniería y periodismo.

Es claro que la voz principal en la comunicación de riesgo la debe llevar quienes han dedicado su vida académica a la investigación de este virus infeccioso y sus efectos en la población. Sin embargo, creo que es indiscutible el aporte de todas estas iniciativas en la discusión y en la comunicación de riesgo durante la pandemia. El aporte de visiones adicionales a las que generalmente han liderado estas discusiones, ha permitido enriquecer el debate con una comunicación dirigida a la población basada en evidencias sobre el impacto de la pandemia en nuestro país. En este sentido, el aporte de diversos investigadores ha servido como contraparte de las versiones oficiales de las autoridades y ha ejercido una debida presión con el fin de que se tomen medidas pensando en la salud de la población.

En este sentido, una lección para los que nos dedicamos a la docencia e investigación, es que si dedicamos parte de nuestro tiempo en fomentar la formación e investigación interdisciplinaria y vinculada con la sociedad podemos impactar positivamente en la ciudadanía. Lamentablemente, esto no depende solamente de nosotros como investigadores sino que también de los incentivos que se generan para hacer investigación vinculada con la sociedad. En ese sentido mi llamado es que las universidades y la ANID puedan valorar más iniciativas de investigación que permitan llegar con un mensaje claro a la ciudadanía.

En la misma línea, se podría dar más valor a iniciativas de divulgación del conocimiento que tienen un impacto directo en la sociedad, como la que por ejemplo fomenta el programa explora de CONICYT. En esta área hay varias iniciativas que hacen una tarea muy destacada de divulgación científica como, por ejemplo, el Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) o el Planetario de la Universidad de Santiago. Todas estas iniciativas han permitido acercar la labor científica a la ciudadanía, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Es por esto que es muy valorable que iniciativas en nacimiento como el consorcio Science Up se sumen a la difícil tarea de fomentar la formación interdisciplinaria y la investigación aplicada a la sociedad.


La iniciativa, financiada con fondos de Educación Superior Regional del Mineduc, considera un plan de trabajo de dos años para el diseño e implementación de un plan para potenciar la transferencia tecnológica basada en innovación.

“Fortalecimiento de las Capacidades Institucionales para la Transferencia del Conocimiento Basada en Innovación de la Universidad Católica del Norte”, UCN2095 es el nombre del proyecto llevado a cabo desde la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo Tecnológico (VRIDT) de la Universidad Católica del Norte (UCN), que busca instaurar un modelo institucional de transferencia tecnológica para la promoción de la innovación y el emprendimiento en procesos formativos y de investigación aplicada de la casa de estudios.

El programa, que se ejecuta gracias a fondos de Educación Superior Regional de Mineduc, considera un trabajo de 24 meses en el que se impulsarán una serie de iniciativas que partirán desde la base de las fortalezas, oportunidades y capacidades actuales de la Universidad disponibles, con el fin de consolidar los avances ya registrados.

Según indica Bárbara Torres Vallejos, Directora (i) de Innovación y Transferencia Tecnológica de la UCN, “a través de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo Tecnológico se han ido desarrollando una serie de iniciativas que nos han permitido potenciar la investigación aplicada, que se han traducido en un aumento de adjudicación de fondos de I+D, patentes concedidas, contratos de I+D con vinculación a la industria nacional e internacional, y licenciamiento de tecnologías desarrolladas en la UCN; así como el destacado trabajo en la promoción del emprendimiento estudiantil impulsado por el Laboratorio de Emprendimiento, USQAI”.

No obstante, añade que a través de este proyecto se incorpora la implementación de acciones que permitan fomentar una cultura de la innovación y emprendimiento al interior de la Universidad e impulsar la transferencia tecnológica, contribuyendo a la tercera misión de la Universidad, para así crear y difundir el conocimiento a través de la docencia, la investigación y la vinculación con el medio.

PLAN DE TRABAJO

El primer objetivo del proyecto considera el diseño e implementación del modelo de Transferencia del Conocimiento de la Universidad Católica del Norte, que incluye la creación del Comité Institucional de Innovación -que ya tuvo su primera sesión y busca liderar el trabajo para la aprobación del modelo e implementación- y análisis de experiencias externas respecto a la implementación de políticas, para la elaboración y aprobación final del Modelo. Asimismo, integra la generación de planes de capacitación y el fortalecimiento del actual sistema informático de información de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la UCN (SIVRIDT).

El segundo paso se relaciona con la cultura organizacional de la institución, incluyendo la implementación de acciones de fomento a la I+D+i+e registradas en el modelo, junto con la difusión, divulgación y formación de conocimientos sobre transferencia tecnológica.

Además, destaca la misión de trabajar el emprendimiento desde una perspectiva diferenciadora en la experiencia formativa de los estudiantes de la Universidad.

Sobre este punto, se incorpora una de las actividades más novedosas de este proyecto: la construcción, puesta en marcha e implementación del edificio del Laboratorio de Emprendimiento y Cowork USQAI en el Campus Guayacán, ubicado en Coquimbo. “Esta iniciativa permitirá trabajar con los estudiantes de ambas sedes de manera conjunta, fortaleciendo la cultura emprendedora en toda la Universidad para favorecer las competencias asociadas a esta actividad, así como el emprendimiento de base tecnológica, que es uno de los objetivos de este proyecto”, agrega Nicolás Rojas, director del Laboratorio de Emprendimiento USQAI.

Finalmente, el tercer objetivo persigue robustecer la vinculación con el medio externo, creando un Comité Asesor Externo en el que participen actores del ecosistema de innovación nacional y regional (Antofagasta y Coquimbo), el sector productivo y la comunidad, que permitan consolidar una mirada científico-industrial con el propósito de propender a la transferencia tecnológica de los resultados de ciencia y tecnología que permitan un desarrollo sostenible de la sociedad.

El detalle de las acciones que incorporará el Modelo de Transferencia Tecnológica, irá siendo informado a la Comunidad Universitaria tras el lanzamiento oficial de la iniciativa.

CONSEJO

Una de las actividades que marca un hito en este proyecto es la sesión durante mayo del primer Consejo Institucional de Innovación (CII), que está conformado por Paulina Gutiérrez, de la Vicerrectoría de Sede (Coquimbo) y Claudio Leiva de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Geológicas, en representación de los académicos de la Universidad; Cecilia Demergasso, del Centro de Biotecnología “Profesor Alberto Ruiz” (CBAR); y Fadia Tala, del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Algas y Otros Recursos Biológicos (CIDTA), en representación de los centros de I+D; junto a Moira Negrete, del Consorcio Heuma (Ingeniería 2030), Sebastián Herrera, de la Corporación Centro de Innovación en Economía Circular (CIEC); José Guerra, del Centro Interdisciplinario para la Productividad y Construcción Sustentable (CIPYCS); y Sergio Curilef, del Consorcio Science Up (Ciencia 2030); quienes participan en representación de los proyectos institucionales de innovación de los que forma parte la UCN.

El Consejo es liderado por el Vicerrector de Investigación y Desarrollo Tecnológico, Rodrigo Sfeir; junto a Bárbara Torres, Directora (i) de Innovación y Transferencia Tecnológica (DITT); y Nicolás Rojas, Director del Laboratorio de Emprendimiento USQAI; a quienes se suman Francisca Bornscheuer e Ignacio Moraga; administradora y encargado de Comunicaciones del proyecto.

Lee la nota original aquí.